Lo de las relaciones de Venezuela con Estados Unidos cae ya
en el ámbito de lo tragicómico.
¿Dónde está la foto de la entrega de los 10 millones de
firmas que Maduro prometió le daría a Obama pidiendo la derogatoria del decreto
que niega la entrada a Estados Unidos y congela los activos económicos que
pudieran tener 6 militares y una fiscal venezolanos en ese país? ¿Se entregó la
solicitud firmada absolutamente en forma voluntaria por parte de los empleados
públicos, trabajadores de Pdvsa, militares y hasta por los niños de la patria
exigiendo más respeto del imperio hacia nuestros funcionarios? ¿Se quedó en el
maletín que Maduro llevó a Panamá? ¿Qué pasó con todo ese esfuerzo patriótico?
Obama se retiró de la sala mientras Maduro hablaba frente a
los presidentes en la Cumbre de las Américas, así que no le dio mucho chance de
hacer la entrega en ese instante, a pesar de que el presidente venezolano se
extendió unos treinta y pico minutos más en su discurso, para darle la oportunidad
al norteamericano de retratarse con él. Eso no ocurrió. El presidente
colombiano tampoco estaba en la sala, porque accedió a reunirse con el moreno
gringo precisamente en esos momentos, en vez de quedarse escuchando los
históricos planteamientos del venezolano. A lo mejor le estaba contando a Obama
de los buenos oficios del régimen chavista en el diálogo con las FARC.
Por las redes sociales está circulando un video de parte del
discurso oficial de Maduro en Panamá, donde niega ser antiestadounidense: “No.
Yo soy un admirador de Jimmy Hendrix, Eric Clapton…”.
Lo que se destaca en las redes es el “lapsus” de Maduro al
incluir al británico Clapton como norteamericano, aunque más importante aún es
que cuando Maduro se dice admirador de Hendrix en el discurso, destaca que le
encantaba “cantar y tocar sus canciones, sobre todo la canción famosa, donde
interpretó el Himno de Estados Unidos”, en el festival de Woodstock.
Qué bueno hubiera sido haber visto a Maduro en esa época,
quizás con el pelo más tupido, tarareando las notas del Himno Nacional del
imperio, rasgando su guitarra eléctrica imaginaria.
Maduro reporta que se vio por unos minutos con Obama, en los
pasillos, y que cuando vio que Obama pasaba por allí, buscó afanosamente
estrecharle la mano, hasta que se enganchó con él, no sin expresarle que quiere
mejorar las relaciones, pero en un ambiente de mucho respeto, como el que
siempre ha prodigado el régimen desde que Chávez llegó al poder hacia esos
gringos de m…
Además de todas estas manifestaciones de orgullo soberano y
amor a la patria, a apenas tres días antes de la Cumbre en Panamá, la ministra
del Poder Popular para las Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez,
“en el fiel cumplimiento de sus competencias y en conformidad con el deber
político, social e internacional que le acredita para defender la soberanía y
el patrimonio territorial de la patria independiente de los y las
venezolanas"”, envió una carta el jefe de la Exxon en Guyana “para
reiterar el rechazo de las intenciones de esta empresa, que busca quebrantar el
cumplimiento de obligaciones bilaterales suscritas entre la República
Cooperativa de Guyana y la República Bolivariana de Venezuela”.
La ministra se refiere a la actividad exploratoria de
petróleo que esta empresa comenzó el mes pasado, a solicitud de Guyana, en
aguas sobre las cuales Venezuela tiene litigio con ese país.
Según un comunicado de la Cancillería venezolana, la
ministra Rodríguez dice a Mr. Jeff Simon, gerente de Esso Exploration and
Production Guyana, que la actuación de esta subsidiaria de Exxon Mobil,
“contradice el derecho internacional público y revela su intención de
subvertirlo, con la pretensión de realizar operaciones no autorizadas dentro
del espacio marítimo colindante con Venezuela, lo cual constituye un acto de
violación a lo establecido en el Acuerdo de Ginebra de 1966”.
La carta destaca que “este hecho no puede
descontextualizarse de la acción del gobierno de Estados Unidos de declarar a
Venezuela como ‘una amenaza inusual y extraordinaria a su seguridad interna y
política exterior’, vinculada al interés imperial de apoderarse de las reservas
internacionales probadas” del país.
El régimen no toma acción práctica alguna para impedir las
operaciones de esta empresa y “defender la soberanía y el patrimonio
territorial” del cual tanto alardea de palabra. Quiere orientar el problema
nuevamente hacia una acción del imperio –no de Guyana–, ejercida a través de la
Exxon.
Cuando Andrés Velásquez propuso en la Asamblea Nacional
invitar a la canciller y al Alto Mando Militar para que informaran sobre los
procedimientos llevados a cabo con relación al diferendo del Esequibo con
Guyana, a puertas abiertas o cerradas, los parlamentarios oficialistas Pedro
Carreño y Blanca Eekhout negaron la propuesta, porque “la derecha venezolana”
busca un “conflicto con Guyana para justificar una invasión gringa” en el país.
Tanto alardeo antimperialista, tanta recolección de firmas,
tantos simulacros de guerra y tanta verborrea patriótica antes y durante la
Cumbre de Panamá… tanto nadar para ahogarse en la orilla.
Estamos hablando de un área total de exploración petrolera
de aproximadamente 26.806 kilómetros cuadrados, en una cuenca reconocida como
la segunda mayor área del mundo con petróleo sin explorar.
No sé por qué me acordé de aquel personaje del comediante
Emilio Lovera que hablaba con aquella voz bien ronca en el bar en donde todos
eran bien machos, el gran líder de la asociación de machistas, hasta que
llegaba la esposa del individuo y lo llamaba a botón: ¡Palomino Vergara! Y la
voz se le ponía chiquitica.
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