“Valora las cosas por lo que
sirven y no por lo que aparentan” Esopo
Hay una gran diferencia entre
perder el pasaje y perder el tren. Chávez se equivocó y Maduro sigue su camino.
Desde hace 15 años vamos por la senda que no es. Hemos desperdiciado quizás la
última ventana de oportunidad que nos ofreció el reciente boom petrolero.
15.000 trabajadores despedidos de nuestra Pdvsa encuentran exitosamente raíces
en otros suelos. Seguimos sentados sobre las reservas de petróleo más grandes
del mundo pero Nicolás Maduro o nos esconde o ignora que esas reservas cada vez
valen menos.
La falta de visión estratégica de
una Pdvsa que prefiere ocuparse de Mercal y de regalarle petróleo a Cuba nos ha
llevado a 70% de inflación en 2014 y a 100% estimado para el próximo año. Los
importantes retos que enfrentamos -y los bajos precios del crudo nos lo
recuerdan a diario- no forman parte de su agenda. Y es que el desafío
fundamental de Pdvsa es que estamos frente a una decreciente demanda de
petróleo pesado y rechazamos por ser enemigos políticos a quienes podríamos
venderlo. En otras palabras, tenemos el almacén lleno de mercancía que cada vez
menos clientes quieren o pueden comprar y… no hay nadie pensando en
alternativas.
Una de las razones fundamentales
para que se nos volteara la tortilla en el panorama petrolero mundial ha sido
-como por lo general sucede en todo mercado que se creía eterno- la aparición
de un cambio tecnológico. En este caso, debido a grandes inversiones en
investigación se ha logrado la explotación económicamente viable del petróleo y
del gas extraído en las rocas de lutita. Esto ha impactado radicalmente el
juego geopolítico de los países de la OPEP y de los países productores de petróleo
convencional en el mundo y por eso, los precios seguirán bajos.
La lutita petrolera es la roca
madre del petróleo convencional. La lutita posee altos porcentajes de material
orgánico inmaduro que al ser sometido durante suficiente tiempo geológico -por
lo general millones de años-a altas temperaturas entre 100 y 150 grados
centígrados termina convirtiéndose en el petróleo que tenemos en Venezuela. La
revolución tecnológica de la cual estamos hablando ha logrado acelerar ese
proceso y someter a esa roca madre a altísimas temperaturas para extraer el
petróleo y el gas líquido no en millones de años sino en días.
En declaraciones ofrecidas al
Dallas News por ejecutivos de EOG uno de los mayores productores de gas y
petróleo de lutita en Texas dijeron que debido al aumento que han logrado en la
eficiencia de perforación, alcanzaran 10% de ganancias aun si tuviesen que
competir con precios del petróleo ¡a 40
dólares el barril! Es decir, nuestro mayor competidor no nos llego de la
energía solar ni de nuclear sino de un cambio tecnológico al interior de la
industria petrolera.
Por cierto ni en Arabia Saudita,
ni los Emiratos Árabes ni en Venezuela existe lutita y los depósitos mas
grandes de lutita se encuentran en los Estados Unidos seguidos por Rusia y en Latinoamérica, por Brasil.
Según la Agencia Internacional de
Energía, Estados Unidos se mantendrá como el mayor productor de petróleo del
mundo por encima de Arabia Saudita y Rusia. En efecto, con un estimado actual
de mas de 12 millones de barriles diarios entre petróleo de lutita y petróleo
convencional y al proyectar 20 millones de barriles diarios para el año 2020,
Estados Unidos ha pasado de importador a exportador de gas y de lograr una
seguridad en petróleo que no tenía hace 15 años. Obviamente que en estas
circunstancias Venezuela deja de ser un factor importante en su estrategia
energética.
Y es que Estados Unidos ha
respondido inteligentemente a la amenaza estratégica que significó la perdida
de Venezuela como su tradicional proveedor confiable de petróleo dada la
histórica volatilidad política del Medio Oriente. Si bien Estados Unidos
necesita petróleo pesado, Venezuela abandonó ese mercado y paso de venderle 1,5
millones de barriles diarios a colocar a penas a menos de la mitad es decir,
a 700.000 barriles diarios. En estas
circunstancias, Canadá ha tomado su lugar.
El crudo pesado se ha convertido
en un producto muy difícil de colocar y Venezuela tiene regionalmente a Canadá,
México y Colombia como competidores y todos dispuestos a negociar con Estados
Unidos. Por otra parte, Venezuela compite con Rusia y el Medio Oriente para
venderle a China y la diferencia en distancia es un elemento importantísimo en
los precios de transporte.
Estamos en el peor de los mundos:
ni avanzamos en materia petrolera ni nos
diversificamos hacia otras áreas como lo han hecho los Emiratos Árabes en
turismo y tecnología, ni logramos alianzas políticas con nuestros mercados
naturales.
Maduro se nos va el tren…
ANA JULIA JATAR
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