ALEJANDRO GRISANTI: “VENEZUELA VA A UNA RECESIÓN CON INFLACIÓN DE TRES DÍGITOS”

Un túnel donde se esfuman las expectativas de prosperidad y emerge la precariedad de un modelo económico fracasado, exhausto, que obliga a vivir con menos. Ésta es la Venezuela que Alejandro Grisanti, jefe de investigación para América Latina de Barclays Capital, proyecta para lo que queda de este año y el próximo.

Doctor en Economía por la Universidad de Pennsylvania, con una larga experiencia que incluye el Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo y el cargo de economista jefe del Banco de Venezuela Grupo Santander, dedica tiempo en esta reciente visita a Caracas a analizar una situación que amenaza con tornarse más crítica en medio del declive de los precios del petróleo.
Aunque el Banco Central no ha suministrado cifras, la caída en la producción de áreas clave deja en evidencia que el país sufre una recesión que tendrá impacto en la creación de empleo. ¿Se trata de una recesión en L donde la economía desciende y está abajo por largo tiempo, en U con debilitamiento y un período más o menos largo en el desierto, o en V donde el declive es seguido de un rebote rápido y vigoroso?
El Gobierno ha sido sordo y ciego a las señales que está mandando la economía y todo apunta a que vamos a un escenario de L, de recesión prolongada. Estamos proyectando una caída de la economía en el orden de 5% el próximo año y claramente ya debemos tener dos o tres trimestres de retroceso. Este es un proceso que demanda reformas y apoyo al sector privado para salir del mismo.
Usted afirma en sus últimos informes que el Gobierno ha mantenido la expansión del gasto, de hecho, señala que limpiando el efecto de la inflación, los desembolsos superan los de 2012, año en que Hugo Chávez alcanzó su última reelección. ¿Por qué este gasto no logra sacar a la economía de la recesión?
Para que el incremento del gasto obtenga buenos resultados, necesitas un sector productivo preparado. Se inyectan billetes que chocan contra una pared de oferta porque el sector productivo está produciendo menos y porque también hay menos importaciones. Entonces ese incremento del gasto no genera crecimiento sino aumento de los precios.
La estrategia del Gobierno es continuar aumentando el gasto. El Presidente contempla un nuevo incremento de salarios, está distribuyendo dinero a los consejos comunales, tiene previsto el reimpulso de la Misión Vivienda y 2015 es un año electoral. ¿Qué va a pasar con la inflación que entre agosto 2013 y agosto de este año registra un salto de 63,4%?
Creemos que el incremento del gasto continúa de aquí a fin de año, que buena parte de ese incremento va a ser monetizado por el Banco Central (billetes que imprime el BCV para financiar a empresas públicas) y que posiblemente la inflación alcance los tres dígitos en 2015, es decir, supere 100%.
A la par de que inyecta gasto, el Gobierno refuerza los controles obligando a los comercios a colocar la etiqueta de precio justo, multiplicando las fiscalizaciones y lleva adelante un operativo militar contra el contrabando. ¿Esto no contiene la inflación?
Para nada. Este gobierno destruyó el sistema de precios relativos. En Colombia, al tipo de cambio paralelo, un litro de gasolina vale 130 bolívares aquí vale 0,10. El estímulo para el contrabando está allí, porque estás manteniendo unos tipos de cambio muy abiertos. Todo lo que el Gobierno trate de regular y vender a precios controlados va a terminar en Colombia.
Entre 2015-2017 hay que pagar 10 mil millones de dólares cada año por vencimientos de deuda externa y para obtener financiamiento habría que cancelar una elevada tasa de interés. ¿El país cayó en el ciclo de los 80, es decir, desciende el petróleo, el financiamiento se cierra y no queda más alternativa que buscar una reestructuración de la deuda?
Por ahora no, porque todavía la caída de los precios ha sido relativamente pequeña y aún existen suficientes dólares para honrar los compromisos de deuda externa y con el sector privado del país. Venezuela hoy, a pesar de la caída de los precios del petróleo recibe cuatro veces más dólares que en 2004. Los venezolanos no hemos aumentado cuatro veces nuestro consumo de bienes importados. Todavía hay un margen de maniobra importante.
Pero ha habido un atraso también importante en la entrega de divisas a las empresas que están en el país.
El Gobierno ha sido especialista en exacerbar la demanda de dólares. Las empresas o los particulares que necesitan dólares no saben si van a poder adquirirlos porque el sistema de distribución es absolutamente discrecional. Eso crea una demanda exacerbada, que es lo que está llevando a una situación en la que o haces default de deuda externa o continúas restringiendo el flujo de divisas al sector privado.
Según nuestros cálculos, el tipo de cambio de equilibrio es de 25 bolívares por dólar. Entonces los dólares que vendes a 6,30 y a 12 son muy baratos, pero también tienes una alta demanda en el Sicad II donde el tipo de cambio es de 50 bolívares. Eso te demuestra el desequilibrio. Necesitas cambiar el sistema de asignación de divisas.
Alejandro Grisanti, Fotografiado por Andres Karese 2014
¿Desde su punto de vista cómo se puede salir de este sistema demencial en el que hay dos tipos de cambio oficiales muy baratos, uno muy caro y un tipo de cambio paralelo en las nubes a 100 bolívares por dólar?
Tienes que eliminar el tipo de cambio de 6,30 bolívares y dejar el del Sicad I. A la vez hacer que el Sicad II responda a la oferta y la demanda, con lo que eliminas el paralelo, porque no va a tener sentido acudir a ese mercado. Así te quedas con dos tipos de cambio que progresivamente vas moviendo hasta que converjan.
¿Eliminar el tipo de cambio de 6,30 bolívares no impactaría con fuerza el salario de las familias de menos ingresos porque las divisas a ese tipo de cambio son asignadas a alimentos y medicinas?
La unificación cambiaria tiene per sé un incremento de inflación para los sectores con menores recursos; por eso el Gobierno tendría que estructurar programas sociales para protegerlos.
Si el Gobierno mantiene el curso actual hay recesión y alta inflación; y si realiza cambios también genera impactos negativos. ¿Está entrampado?
Está entrampado en un modelo económico fracasado. Llegó al final de esa calle ciega y en vez de retroceder y cambiar de rumbo está tratando de mover el muro. Es un Gobierno que si no hace reformas pierde las elecciones y si las hace también las pierde. Es una situación crítica porque las reformas tienen costos.
La cesta petrolera venezolana se ubica en 75,79 dólares tras una caída de 23% respecto al cierre de junio. ¿A ese precio es inevitable un ajuste?
Hay una tormenta perfecta. Caída de los precios del petróleo cuando ya consumiste buena parte de las divisas que tenías en distintos fondos, y además comienza a aparecer el costo de las nacionalizaciones con las decisiones del CIADI. Proyectamos que la cesta petrolera venezolana se estabilizará en 2015 alrededor de 72 dólares el barril y esto se traduciría en que el país recibiría 14 mil millones de dólares menos.
De alguna manera hay que equilibrar las cuentas por la caída en el ingreso de dólares. ¿Cuál cree que será la estrategia del Gobierno?
Vender las joyas de la abuela. Activos que son estratégicos pero que le pueden reportar ingresos, como refinerías que la República tiene en distintos países. La deuda acumulada con el país por los distintos acuerdos energéticos es de 20 mil millones de dólares y hay ingeniería financiera a través de la titularización para obtener efectivo en el corto plazo. Además se puede intentar una negociación con China para utilizar divisas que están asignadas a proyectos.
¿Ya no hay espacio para seguir cortando importaciones?
Creo que los próximos doce meses -especialmente para el sector privado- van a ser peores que los doce meses anteriores.

Por Víctor Salmerón

No hay comentarios. on "ALEJANDRO GRISANTI: “VENEZUELA VA A UNA RECESIÓN CON INFLACIÓN DE TRES DÍGITOS”"

Leave a Reply

Gracias por participar en esta página.

@Mivzlaheroica