Los compatriotas ausentes son
muchos miles. No son apátridas, como
sostiene el presidente de facto que pareciera perdió la chaveta por asumir un
cargo que no le correspondía y que es ¨mucho camisón pa´ Petra¨. No solo miente, sino que exagera tanto los embustes que hace el
ridículo. En su última patraña pretende
engañar a los suyos al declarar que ¨la
derecha maltrecha buscaba hacer creer que los jóvenes están yéndose a vivir en
el exterior. La juventud ama a Venezuela y quiere hacer patria¨. Paralelamente, ante la disminución de 22
medallas, entre ellas cuatro de oro, en
los recientes Panamericanos en relación con los del 2011, José Terán, su viceministro de alto
rendimiento en el deporte lo desmiente al declarar que ¨muchos de los
estrategas que se han ido del país están trabajando en otras delegaciones¨.
Ante el hecho notorio de emigración masiva, solo recalcaremos que
perder capital humano ya formado o en proceso de formación es lo más doloroso
que puede sucederle a un país. Particularmente grave es quedarnos sin médicos,
profesores y maestros. Nuestros galenos son excelentes y han formado una
generación de relevo que se está perdiendo. Sin profesores ni maestros nuestros
jóvenes no podrán impulsar el desarrollo
del país. Es una tragedia de incalculables consecuencias que muchos jóvenes se
estén yendo y otros estén siendo formados con muchas deficiencias.
Otra mentira más perversa es
predicar que quienes se quedan son
patriotas que aman al país y que quienes se ausentan son apátridas. Cabe
mencionar a Julián Marías en su conocido artículo sobre convivencia y
complicidad, recalca que uno debe marcharse de una empresa pública o privada y
de cualquier otra organización cuando no es posible convivir por razones de
principios y valores. Pero, señala el ilustre filósofo, ¨hay una institución a
lo que esto no se puede aplicar, porque no es una institución: el país a que se
pertenece y de cuya sustancia se está hecho. De él no se puede uno “marchar”; a
lo sumo, ausentarse, llevándolo dentro¨.
Efectivamente, los emigrantes
solo se ausentan y aunque se adaptan al país que los acoge y llegan a quererlo
a veces más que los nativos, siempre llevan a sus orígenes por dentro. Décadas
atrás acudieron a estas tierras miles de ciudadanos procedentes de muchos
países, gracias a los cuales Venezuela
estuvo a punto de despegar hacia el desarrollo.
Hoy muchos de sus hijos y de hijos de venezolanos de muchas generaciones
han optado por buscar otros rumbos. Sin embargo, nos consta que todos ellos
solo sienten que están ausentes y no dejan de estar pendientes de lo que sucede
en Venezuela.
Unos se han visto obligados a
emigrar por falta de empleo, otros
porque no se les permite trabajar y muchos por la inseguridad. Estos
tres factores han sido promovidos por un
régimen perverso que ha inducido la emigración. En Venezuela hay
oportunidades de empleo, pero la política de acoso al sector privado e invasión
de fincas, de negocios y de inmuebles ha
desincentivado la inversión e impedido la creación de empleos. A otros se
les impide trabajar por haber firmado la solicitud de referendo
revocatorio presidencial o por haber participado en protestas cívicas. La
inseguridad es consecuencia de la permisividad con los delincuentes para
mantener amedrentada a la población, de la creación de paramilitares forajidos rojos, de la
aceptación de criminales en los cuerpos policiales y del establecimiento
de zonas de tolerancia mal denominadas
de paz.
Apátridas no son quienes se
ausentan en contra de su voluntad. Apátridas son quienes han hecho difícil la vida en esta tierra que una vez fue de
Gracia. Muchos compatriotas ausentes no regresarán cuando se establezca la
democracia, pero seguirán siendo representantes de nuestra patria en tierras
lejanas, contribuyendo a crear riqueza en otros lares, pero siempre pendientes
del país que por culpa de unos pocos malandrines fueron obligados a emigrar.
Quienes se ausentan son estrictamente exiliados. No añoran la comida, ya que en
el exterior se consigue sin colas Harina
Pan, caraotas, plátanos y otros
productos de nuestra dieta criolla.
Añoran a familiares, amigos y no
poder contribuir al desarrollo de nuestro país. Venezuela está fragmentada en centenares de
pedazos que circunstancialmente se encuentran en el exterior.
Como en botica: Otra chifladura
es declarar que ¨Capriles articula la delincuencia en Miranda¨. Eugenio
Montoro, distinguido ingeniero de la Pdvsa meritocrática escribió que ¨Chávez animó a los guyaneses a utilizar el
Esequibo y su sucesor descubre que los
vecinos le hicieron caso¨. Canadá, con una población de 35,5 millones de
habitantes obtuvo 217 medallas, de las cuales 78 de oro. Algunos comentaristas a mis artículos me
solicitan defina posición política. Estoy con la Unidad y por ello, por lo
menos hasta el 6D, no apoyo nada fuera
de ella. Creo en los partidos políticos,
pero critico muchas de sus actuaciones. Me identifico con la posición de María
Coraje, respeto y aprecio al gran
luchador que es Antonio Ledezma y valoro las acciones de Leopoldo. ¡No más
prisioneros políticos, ni exiliados!
Por Eddie A. Ramírez S.
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