“Con un cambio en las reglas del
juego económico, Venezuela abandonaría la crisis que la afecta” No, esto no es
cierto. Desgraciadamente conceptos como estos, que formulan dirigentes de la
oposición oficial, no solo no son verdad, sino que facilitan el encubrir la
verdadera realidad -que no quieren reconocer o enfrentar. Parecen olvidar que
estamos ante una dictadura; y en consecuencia, sin un cambio de modelo político
-un cambio de régimen- nada importante es posible. A una dictadura no se le
presentan propuestas, y menos aún de carácter económico, cuando la prioridad es
el rescate de la libertad y de los derechos de todos. En ese sentido, la
libertad de los presos políticos y el fin a la persecución de dirigentes son
elementos indispensables.
Las sugerencias, preñadas de buenas intenciones, por
una parte no las atienden quienes están en el ejercicio del poder, y por otra
se da la impresión al mundo –y a muchos conciudadanos- de estar interactuando
con un gobierno democrático que escucha las denuncias de los ciudadanos; cuando
sabemos que esto un régimen tiránico y brutal, reconocido crecientemente así en
el mundo. Así se contribuye a legitimar al régimen. Entonces me pregunto. ¿por
qué lo hacen? ¿Por qué dan esa imagen de cohabitación, en la cual las
diferencias que nos separarían son de naturaleza económica, como si el cambio
político no fuera lo fundamental? Sin un cambio de modelo político ninguna de
las indicaciones –sugerencias o propuestas- que se han hecho tendrá
trascendencia. A las dictaduras se les combate y se les enfrenta. Apelando a
todos los cauces que nos permite la Constitución. Hay que recordar siempre que
esta Constitución tiene 350 artículos, no solo tres o cuatro, que son los que
siempre se utilizan para llamar radicales a quienes la han leído un poco más.
Esos cauces, descritos en la Constitución, hay que usarlos con firmeza y
contundencia Las propuestas deben ser para los ciudadanos, que incluyen –por
supuesto- a las Fuerzas Armadas. Las propuestas son para convocarlos, para
ejercer en plenitud los derechos constitucionales. Para dejar de estar
humillados, vejados y abusados por las pandillas del régimen, por su elenco de
torturadores en el poder judicial, por la comisión repetida y continuada del
fraude y del abuso electoral, por la corrupción y el saqueo del patrimonio
nacional, por su asociación a las peores causas de la humanidad -entre ellas la
del narcotráfico. Las propuestas son para dejar de ser todo lo que nos conforma
hoy como un estado forajido y a punto de ser fallido.
Por: Diego Arria
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