La guerra económica la sembró el
modelo estatista expropiando empresas. Este modelo terminó con la producción
nacional de bienes y ahora no hay dólares para importarlos. La propaganda
oficial quiere responsabilizar al sector privado, pero el pueblo venezolano,
que no es gafo, sabe que el Estado como
productor de bienes conduce a la escasez y a las colas. Esa es la guerra
económica desatada por este régimen.
Candidatos opositores como
líderes de la oposición democrática son Henrique Capriles, que le ganó las
elecciones en el año 2013, y ahora Leopoldo López y Antonio Ledezma, que fueron
postulados por ese enorme disparate de Nicolás que ya no sabe qué hacer.
Someter a prisión a dos venezolanos tan
queridos por el pueblo equivale a reforzar el liderazgo de ambos. Maduro ya no
sabe lo que hace y de cara a las parlamentarias de este año está promoviendo a
los opositores. A veces los desesperados
se suicidan.
¿Es maduro un funcionario
legítimo? La pregunta procede hacerla de cara a tres hechos. El primero es que
está tan ocupado y preocupado sobre todo que no ha tenido tiempo para mostrar
su certificado de nacimiento, algo que no es nada difícil. ¿Por qué? El segundo
es que con ese CNE parcializado que manejó su elección quedó siempre la duda de
quién ganó esas elecciones, ¿Capriles o Maduro? El tercero es que un presidente
que viola la Constitución, que maneja todos los poderes públicos desde el
Ejecutivo, y que tomó casi todos los medios de comunicación para publicitar
mentiras como si fueran verdades no es un demócrata ni sabe qué es legitimidad.
Estudiar Derecho no le vendría mal. Finalmente, es obvio que de Hugo a Nicolás
existe una distancia mayor que la del Sol a la Tierra y esa distancia cada vez
aumenta.
La guerra es por esa droga que
llaman dólar. El capitalismo produce y vende lo que produce para lograr así la
mayor cantidad de monedas cuyo símbolo es el $ en Estados Unidos y el euro en
Europa. La justicia social no es un
objetivo sino el ganar lo más posible. Eso es lo que motiva su trabajo día a
día. El comunismo busca hacer lo mismo pero conquistando el poder, prometiendo
hacer una justicia que después no llega pero sí la corrupción para conseguir
esos mismos dólares que el capitalismo acumula produciendo bienes. Ni a uno ni
al otro sistema le importan para nada una mejor distribución de las riquezas
sino acumularlas. Mientras más, mejor. Tenemos que ir hacia un sistema donde la
justicia social sea “política de Estado”
y no simple propaganda.
Por: Valentín Arenas
*Profesor de Instituciones
Políticas de la UCAB
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