CARTA A LA JUVENTUD VENEZOLANA

La realidad que aqueja en la actualidad a nuestro país nos obliga a renunciar a las aspiraciones que en nuestra individualidad nos hemos planteado, particularmente, este mensaje va dirigido a todos  aquellos que no se han propuesto una opción distinta a la de vivir en nuestra Venezuela.
Las circunstancias de vida que nos ofrece el país son sumamente desesperanzadoras, las oportunidades para progresar aun a través del estudio son poco probables; lograr independizarse de nuestros hogares se hace imposible con el alto costo de la vida, y cada día que salimos de nuestras casas, no tenemos la certeza de que volveremos con vida a ellas.

En las contadas oportunidades en las que hemos salido a las calles a protestar de manera legítima y amparados en nuestro derecho constitucional de hacerlo, hemos sido persuadidos por los políticos de oficio para cesar nuestros reclamos; ellos están ganados a la idea de participar continuamente en eventos electorales que ellos mismos deslegitiman. Pero ¿a qué se debe esto? la política en Venezuela ha sido un gran negocio para algunos, ellos no tienen nada que perder y todo por ganar, capitalizándose cada vez que hay elecciones con el dinero que aportan todos aquellos que de buena fe financian sus campañas electorales. Nosotros, los que sí queremos salir a protestar, lo hacemos en nuestra desesperación al saber que no vemos esperanzas de un futuro mejor, y por lo tanto, sí tenemos mucho que perder y nada que ganar mientras esta “revolución” o mejor dicho involución, nos siga gobernando.
Como comenté al inicio de estas palabras, nos vemos en la obligación de renunciar a nuestros proyectos individuales para actuar en aras de un proyecto común que sustituya a este gobierno opresor y hambreador, que no tiene un fin distinto al de arruinarnos el futuro a todos los jóvenes civiles y militares. Resulta urgente que reaccionemos ya; pensar que la salida es electoral es completamente ilusorio, el sistema electoral ha sido utilizado por el gobierno mientras el electorado les ha favorecido, pero eso se acabó, quien piense que para el próximo período la Asamblea Nacional va a estar llena de diputados de la oposición, debe estar todavía presumiendo la buena fe de los que detentan el poder y sus cómplices.
Sólo nosotros podemos transformar esta fatídica realidad, y no continuar a la espera de una dirigencia opositora hecha a la medida de este gobierno, cuya actitud pasiva nos ha perjudicado severamente. El planteamiento necesario es, salir a las calles, pero de manera contundente, a los fines de reclamar nuestro Derecho a tener una vida segura, al pleno empleo, a una economía sana, y a dejarle un mejor país a los que serán nuestros hijos. En fin, tener el país que nos merecemos; ya basta de esperar que el problema se resuelva solo o lo resuelva otro, porque no va a pasar.
Es por esta razón que nos vemos en la necesidad de convocar a una manifestación popular, evitando la  confrontación directa con los cuerpos de seguridad del Estado, de manera que podamos salvaguardar nuestras vidas. Presentarnos frente a nuestras casas o edificios, expresando nuestro legítimo descontento por la gravísima situación a la que estamos sometidos. Proponiendo a la vez que dicha manifestación se haga realidad en fecha 12 de marzo, día para ejercer conjuntamente nuestro derecho a un futuro mejor.
Difundamos este mensaje y alcemos nuestras voces como hasta ahora no lo habíamos hecho, porque el país así lo necesita.
Por: Jesús Durán Zorrilla

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