Según esta filosofía por más
compleja que una tarea sea, siempre habrá forma de simplificarla. La idea es
hacer un algoritmo que oriente de manera sencilla, los pasos para lograr el
objetivo que se espera
Cuando las cosas se ponen
complicadas los consultores aconsejan la elaboración de un Manual de
Procedimientos. Según esta filosofía por más compleja que una tarea sea,
siempre habrá forma de simplificarla. La idea es hacer un algoritmo que oriente
de manera sencilla, los pasos para lograr el objetivo que se espera.
Mi sobrina cuando comenzó a
trabajar en McDonald’s, lo primero que recibió como parte de su entrenamiento
fue un minucioso Manual. Seguirlo al pie de la letra la ha llevado a ser la
mejor empleada por lo menos por 5 meses consecutivos.
Pero no solo a los gringos se les
ha ocurrido la idea del manual, Venezuela no se ha quedado atrás. Por ejemplo,
el Manual de Urbanidad y Buenas Maneras, escrito por el Profesor Carreño en
1853, sirvió de guía a los jóvenes y jóvenas (como dirían mis comandantes),
para llevar con prestancia las reglas de civilidad y etiqueta que debían
observarse en las diversas situaciones sociales.
Ya hoy es un manual en desuso,
las maneras de la revolución no tienen que ver en nada con esas debilidades
pequeñoburguesas. Hay que reconocer que los manuales son instrumentos útiles
para llevar la vida de una manera eficaz y eficiente.
Evitan la dispersión de
esfuerzos, riesgos innecesarios y ayudan a dosificar las energías. En ese
sentido nuestra contribución a la revolución consiste en la elaboración de un
manual que sirva de guía para que los Patriotas Cooperantes, esos héroes
anónimos que defienden al proceso a costa de su propia dignidad, puedan hacer
su trabajo de manera impecable y sin riesgo. Cada vez son menos, por eso hay
que cuidarlos.
Algunas instrucciones: a) Utiliza
buenos modales, sé cortés, educado, sensato y racional, así nadie sospechara
que eres un Patriota Cooperante; b) Si escuchas la palabra ¡Sapo!, no voltees,
no te des por aludido; son tácticas que utilizan los enemigos de la revolución
para descubrirnos; c) "Echar dedo" no puede asumirse literalmente, te
pueden descubrir.
Usa las nuevas tecnologías, un
mensaje de texto al esbirro de confianza es más seguro; ¡ah! y no seas bolsa,
no uses tu foto como avatar en el twitter; d) Al entregar a tus vecinos,
incorpórate rápidamente al Comité de Solidaridad creado para lograr su
libertad, ni el peliteñido de CSI Miami te podrá descubrir; e) cuando te eches
palos con los camaradas, no alardees de tus servicios al proceso, mira que no hay
revoluciones para siempre y al final uno nunca sabe con quién se emborracha; y,
f) si te quieres destacar ante tus jefes, tira al pajón a un hijo, a un
hermano, a tu padre, a tu madre o a la mismísima abuela.
Inmediatamente te convertirás en
seguro candidato al "Sapo de Oro", premio que se entregará a quien
mejor haya prestado sus servicios. Esa contundente acción te dará derecho a
participar en el sorteo de 4 litros de aceite de motor, 3 potes de leche y una
foto autografiada por quien tú sabes. ¿Que qué pasará con tu dignidad? Pues no
le pares, recuerda que en revolución lo primero es la lealtad. ¿Lo de la vía de
escape? , eso lo hablamos después.
TULIO RAMÍREZ
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