EL COSTO DE INVERTIR EN VENEZUELA POR DARÍO RAMÍREZ

Cada vez es más lejana la idea de que esta mafia que instaló un régimen dictatorial en nuestro hermoso país, en algún momento decida hacer algo por mejorar la situación. Siguen colocando como prioridad robar a toda costa y en el camino ir generando mecanismos que los ayuden a ocultar todas las trácalas y guisos que los han enriquecido durante 15 años.

No les basta con robar y destrozar sino que, como el niño envidioso de la clase, quiere acabar con los que lo hacen bien. No hacen lo que lógicamente deberían hacer, que sería rodearse de gente capaz o por lo menos dejarlos trabajar en paralelo para que mientras ellos destrozan, exista un grupo que construya. No, por años han expropiado al que con esfuerzo construyó, al que creyó en el país y puso sus ahorros, el fruto de su trabajo y su esperanza en Venezuela. ¿Cuántas historias existen de familias que lo perdieron todo por un decreto presidencial que decía que ellos eran los culpables de las desgracias ocasionadas por la inaptitud chavista?
Desde hace años creer en el país cuesta más y más. Cuesta mucho creer en lo hermoso o en el sembradío de oportunidades que representa Venezuela, porque no me cabe duda de que si un país vale la pena es este. Estos malandros envenenan la tierra, roban, queman, violan, hacen todo lo inhumano para que nadie pueda soñar, como si estuvieran frustrados porque incluso con todo el dinero robado no consiguen ese “algo” que quien se aventura a invertir, logra cuando triunfa. Es una envidia malsana, unas ganas de querer ser algo que no son, y por eso matan la vida, matan la esperanza, matan la inversión.
¿Cómo se le dice a un joven de 20 años que está estudiando administración, que su idea de una tienda de deportes en el interior puede ser un éxito, si mañana hay una crisis deportiva y sus riesgos no son solo perder su inversión sino que pueden condenarlo a 10 años de prisión? Hoy el directivo de uno de los proyectos más trascendentes del país está tras las rejas ¿Por qué? ¿Porque desafió al régimen? ¿Porque acaparó? ¡No! Está preso porque creyó en Venezuela, porque invirtió no para hacer un capital propio, sino beneficiando al que en la punta del barrio tiene que pagar el doble por alimentos que lo que paga el que vive en el corazón de la ciudad. Pero eso, para los incompetentes que secuestraron el país, es un delito.
Porque ellos no saben asumir un error, porque el régimen hace todo bien pero los ciudadanos hacen todo mal. ¡Qué malos son esos empresarios que a pesar de que se les recortan las ganancias, se les recortan los dólares para importar, se les traba cualquier posibilidad de producción nacional y se les amenaza, aún así se las ingenian para poder seguir buscando como surgir! ¡Qué desalmados son de verdad esos empresarios malucos que no ven el esfuerzo enorme del ilegítimo por destrozar el país!
Hoy, soñar en Venezuela tiene un precio alto, creer en que esta tierra vale la pena te puede costar tu libertad, ni siquiera defenderla o luchar por su democracia, solo trabajar en ella puede significar tu perdición. Ese es el plan de incentivos del régimen dictatorial, el que crea en Venezuela, puede terminar cinco sótanos bajo tierra, sin ver la luz, en una tumba que no solo sepulta tu cuerpo, sino también tus sueños.
Quieren destrozarnos hasta los huesos, odian a Venezuela y sus habitantes, no puede existir nadie hoy que crea que estos ladrones están trabajando por el país. Como venezolanos debemos despertar porque seguiremos recibiendo bofetadas hasta que decidamos quitar la cara con valentía y digamos ¡NO MÁS!

Por Darío Ramírez/@darioramirez

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