Desde la primera vez que se anuncio la
creación de una policía contra la corrupción surgieron cualquier cantidad de
comentarios. Algunos, sin duda, bastante sarcásticos e irónicos. Sin ir más
lejos, ayer el editorial de Tal Cual hablaba de cómo los corruptos se baten de
la risa ante la creación de semejante policía.
En la primera oportunidad que oímos de ella,
nos preguntamos cómo funcionaría, ¿sería una policía en la calle, cómo sería su
relación, por ejemplo, con la Guardia Nacional?
Ayer el presidente juramentó a los miembros de
esta policía, pero no solo de ésta, también juramentó a los miembros de una
nueva organización llamada Sistema de Protección para la Paz (SP3). Según leo
en el titular del diario Vea, el acto estuvo a cargo del presidente Nicolás
Maduro: “El Sistema de Protección para la Paz fue creado la semana pasada a
través de la Ley Habilitante y “es un sistema complejo que articula al mayor
nivel al protagonismo popular para proteger la paz”. El otro diario oficialista,
El Correo del Orinoco: “Presidente Maduro activó Policía contra la corrupción.
Este cuerpo contra la corrupción arranca con un plan de operaciones “secreto”
-es decir, van a pillar a los corruptos infraganti-.Y arranca ya. La
organización tiene un cuerpo policial y una intendencia, dijo Maduro y
juramento también al otro Sistema de Protección para la Paz.”
Vayamos al detalle. Leo una crónica muy
interesante y completa que firma Elvia Gómez en El Universal. Estos dos
organismos los define Maduro como: “Órganos creados para luchar por la paz, la
tranquilidad, por el derecho a la vida. Lucha contra la corrupción es decir
lucha contra el capitalismo. No hay revolucionario que se pueda llamar tal si
es un corrupto”.
¿La lucha contra la corrupción es una lucha
contra el capitalismo? Quiere decir, ¿si el corrupto es socialista no se le va
a investigar? ¿Es por eso que no han investigado, digamos, el vuelo de Jaua a
Brasil?
“Maduro anunció que su meta es “instalar
consejos presidenciales de gobierno popular (para) demoler el viejo estado
burgués”.
Cada día su retórica es más la convencional de los comunistas de la
primera mitad del siglo XX.
“Maduro reivindicó a Hugo Chávez como “el campeón mundial del feminismo
socialista”, sin el cual “sería imposible pensar en los derechos de la mujer.
“Sobre los equipos cívico-militares del SP3, explicó Maduro que su
estructura central dependerá de él junto con el estado mayor (…) para caerle
encima a terroristas, sicarios y paramilitares”. Insistió en que el homicidio
del diputado Robert Serra (PSUV), fue perpetrado por “paramilitares”
Según los criterios que maneja el régimen, cuando hablan de caerle
encima a terroristas, sicarios y paramilitares, y si el ejemplo inmediato que
se cita es el caso Serra, usted entenderá que esta es una policía para atacar
directamente a sectores opositores. No tiene otra lectura posible. Si no, cómo
quedan órganos de seguridad como el Cicpc o la GNB, por ejemplo.
¿Quiénes van a estar al frente de todo esto?
“Los encargados de los cuatro subsistemas del SP3 juramentados ayer son:
la ministra de Interior y Justicia, almirante Carmen Meléndez; el general en
jefe y ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López; el mayor general Gustavo
Enrique González López y del diputado (PSUV) Francisco Torrealba. A éstos se
sumarán cuatro subsistemas, que estarán a cargo de: Isis Ochoa (movimientos
para la paz), Francisco Torrealba (subsistema popular), almirante César Salazar
Coll (protección especial de personalidades y testigos) y el vicealmirante
Ramón Tepedino Aranguren (inteligencia de fuerzas especiales).”
En una cita Maduro afirma: “Si Fedecamaras hubiera salido a aplaudir la
Habilitante estaríamos bien preocupados. Si Fedecamaras sale a enfrentar la
Habilitante vamos bien (…) Tenemos que tener la confianza de que es posible
enfrentar la corrupción. Asestarle duros golpes y acabar con la impunidad. Eso
es lo que me mueve a mí en el espíritu chavista que llevo por dentro”.
El presidente sigue en su visión maniquea de la realidad y ha asumido
que Fedecámaras -y Jorge Roig puntualmente- es su enemigo. Por esa mirilla es
que él califica la realidad que lo circunda. Ese es el termómetro: si
Fedecámaras me aplaude voy mal, si Fedecámaras me critica voy bien.
¿Y si se callara Fedecamaras y no opinara más, perdería la brújula el
Presidente de la República?
Vamos a cerrar con esta cita del presidente, con relación a la
corrupción: “Lo que yo más detesto es un bandido vestido de rojo simulando ser
chavista, bolivariano. Es la máxima expresión de la hipocresía”. “No puede ser
que los corruptos andan por allí acumulando poderes económicos”.
¿Ahora es que usted se da cuenta de eso Presidente?
Bien, ayer se lo decíamos y hoy por qué no lo repetimos. ¿Quiere usted
alguna prueba? Ahí está el caso Jaua. Impecable.
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