Ecuanimidad es la imparcialidad
de juicio, según la RAE. Esta acepción puede confundirse con la de justicia, (Del
lat. iustitĭa). 1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar
a cada uno lo que le corresponde o pertenece. Pero no es lo mismo ser ecuánime
que justo.
Ecuanimidad es tratar a todo el
mundo por igual. Implica tratar a tu jefe con la misma amabilidad que al compañero.
Significa mirar a los ojos del mismo modo al mendigo que al príncipe. Es
comportarse igual con el que está en tu misma ideología y corriente de
pensamiento que al que piensa diferente o contrario, simplemente por el respeto
a su libre albedrío que es tan valido y merecedor derecho como el tuyo, No es
que no se pueda hacer distinción entre las personas, el trato debe ser idéntico
independientemente de su posición social, su fama, su belleza o su popularidad,
su ideología política, color de piel o religión.
Por desgracia, poca gente trata
de poner en práctica esta virtud que con un poco de auto control y ganas de
hacerlo puede aprenderse. Las formas, la amabilidad, el modo de escucharles y
de hablarles suele ser bastante distinto. Pero la ecuanimidad no parece tan
importante, ¿por qué hay que tratar a todos por igual? Parece lógico que los
individuos “mejores” tengan un trato preferente, allá donde haya una jerarquía,
el trato varía en función de la posición que se ocupa en la misma. La
ecuanimidad es por tanto un valor olvidado en nuestra sociedad.
Sin embargo, en el otro lado del
mundo, esto no es así. En el budismo, por ejemplo, la ecuanimidad es uno de los
valores más importantes para alcanzar la sabiduría y con ella la iluminación.
Los tibetanos tratan de desarrollarla cada día y estiman sobremanera a quien la
posee.
Quizás por eso la ecuanimidad
debería ser un valor al menos tan importante como el resto, porque no está metido
en nuestros genes y por lo tanto es más “humano”, nace de nuestra voluntad, de
nuestro deseo de un mundo diferente al que nos dictan los genes y la
jerarquizada sociedad en la que vivimos. Crearía un planeta menos clasista y
más humano y, aunque no nos iluminara, seguro que a cada uno de nosotros nos
ayudaría a aumentar la sabiduría con la que vemos este mundo en el que nos ha
tocado nacer.
Si quieres vivir en un mundo
diferente empieza a marcar tu la diferencia, en la nueva Venezuela por la que
luchamos esa que construiremos desde sus cimientos necesitaremos ciudadanos con
valores y virtudes para hacer de este país lo mejor que puede llegar a ser y
eso sin duda alguna empezara cuando los venezolanos empecemos a ser una mejor versión
de nosotros mismos.
THEMIS.
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