CABELLO, EL IRREDUCTIBLE

Cada vez son más las analogías entre la Cuba castrista y la Venezuela chavista. Cuando el desaparecido Hugo Chávez promovió la injerencia del Gobierno cubano en los asuntos de su país, parte de la soberanía nacional se empeñó a favor de los intereses de Fidel y Raúl Castro y eso incluyó los malos hábitos de la dictadura castrista, que en su día se dedicó a operaciones de narcotráfico que llegaban a las costas de la Florida.


Recientemente Emili Blasco, el corresponsal de ABC en Washington, publicó una serie sobre el presunto vínculo del segundo hombre al mando en Venezuela, Diosdado Cabello, con la organización de narcotráfico más grande del país, el Cártel de los Soles. Su investigación, ampliada en el libro que acaba de publicar, 'Bumerán Chávez', se fundamentaba, principalmente, en el testimonio de un desertor del Gobierno, el ex jefe de seguridad de Chávez Leasmy Salazar. Según Salazar, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, junto con altos mandos militares, dirige las operaciones de traslado de cocaína a Estados Unidos y también estaría implicado en lavado de dinero.

A partir de la investigación de Blasco, el 'Wall Street Journal' ha indagado más, esta vez con entrevistas a funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos que aseguran, "Hay amplia evidencia para justificar que él (Cabello) es una de las cabezas, sino la cabeza, del cártel". La justicia estadounidense está recopilando datos para montar un caso en torno al hombre que en Venezuela manda tanto o más que el presidente Nicolás Maduro.

Diosdado Cabello, que siempre se ha jactado de ser de la línea dura, responde, desafiante, a todas estas acusaciones: "Yo no me rindo ni hoy, ni mañana, ni nunca porque soy irreductible." Pero la cautela del círculo chavista es grande. Hace unos meses, cuando uno de su presuntos 'narcogenerales', Hugo Carvajal, corrió peligro de ser extraditado a Estados Unidos desde Aruba, el Gobierno venezolano se aventuró a amenazar a la isla caribeña con su flota antes de que el ex jefe de Inteligencia acabara 'cantando' como lo ha hecho Salazar. Amparado en la inmunidad diplomática, Carvajal regresó a Caracas.

Volvamos a Cuba y las similitudes con el socialismo del siglo XXI que concibió Chávez. Por medio de fotografías de bases militares cubanas y testimonios de lancheros que iban y venían por el Estrecho de la Florida con cargamentos de cocaína, en la década de los ochenta la DEA tenía pruebas que señalaban a Raúl Castro, entonces al frente de las fuerzas armadas cubanas, como el cabecilla de una red de distribución y venta de drogas en Estados Unidos.

En un libro titulado 'El verdadero Pablo', el narcotraficante colombiano John Jairo Velásquez vinculó a los hermanos Castro con el cartel de Medellín, que entonces lideraba Pablo Escobar. Según Velásquez, más conocido como 'Popeye', dichas operaciones las dirigían el general Arnaldo Ochoa y el oficial Tony de la Guardia. Bien, de todos es conocido cómo resolvió el régimen cubano aquel tropiezo con Estados Unidos: Ochoa y Tony de la Guardia fueron fusilados tras un juicio que fue una farsa exculpatoria en beneficio de los hermanos Castro.


Hoy Diosdado Cabello clama que es irreductible, pero tendrá mucho cuidado antes de viajar por el mundo con la DEA pisándole los talones. Si escucha los consejos de dos viejos lobos como Fidel y Raúl, que se echen a temblar sus militares de confianza. Para los castristas y chavistas el sol nunca se pone.

Por Gina Montaner.

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