El cerco impuesto a los
venezolanos por la enorme corrupción e impericia del régimen de Maduro ya es
incontrolable, a pesar de las truculencias que inventan para desviar la
atención popular sobre los verdaderos culpables de la catástrofe nacional. Este
viernes amanecimos con una atrocidad que a los demócratas nos da escalofríos:
las acusaciones oficiales contra los incuestionables demócratas diputado Julio
Borges, coordinador de PJ, y el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, de
“planear la eliminación de Leopoldo López” como parte de un presunto golpe
militar, espanto declarativo que ocurre justo cuando la valiente esposa de
Leopoldo, Lilian Tintori, denunciaba una incursión violenta de más de 30
funcionarios encapuchados en las celdas de su esposo y del también preso
político Daniel Ceballos, en la cárcel militar de Ramo Verde.
Recién llegada de
Estados Unidos, donde fue recibida por el vicepresidente, Joe Biden, y los
secretarios generales de la OEA y de Amnistía Internacional, Tintori denunció
que, cuando intentó visitar a su esposo, se encontró con un operativo de “más
de 30 funcionarios encapuchados, vestidos de negro, con armas cortas y largas y
las siglas Dgcim en las chaquetas, que intentaban entrar de manera violenta a
las celdas de López y Ceballos y vociferaban improperios contra los detenidos.
Los funcionarios –añadió Tintori– eran comandados por el director del penal,
coronel Homero Miranda, y no estaban presentes fiscales del MP o veedores de la
Defensoría del Pueblo para garantizar la integridad de los detenidos. Tras las
protestas por la ilegalidad del procedimiento, Tintori señaló que los
funcionarios cesaron en su acción, pero amenazaron diciendo: “Esta noche
volveremos con todo, así que prepárense”. Aparte de la grotesca historia del
avión Tucano “traído del exterior”, el sustrato terrible de esta nueva
truculencia oficial es que los 30 funcionarios encapuchados al mando del
director de la prisión militar de Ramo Verde surgen al tiempo de la mención de
“eliminar a Leopoldo”, así que hay que estar muy atentos, porque de este
desgobierno cabe esperar cualquier cosa. Ahí tenemos de nuevo la represión y
detenciones de estudiantes en Chacao, Táchira y otros lugares, en sus marchas
pacíficas de este 12-F y la ferocidad de la GN de no permitirles acceder a la
iglesia de San Pedro para asistir a una misa por el descanso de sus compañeros
asesinados hace un año. Impedimento vano, porque el valiente sacerdote salió a
la calle a oficiar su misa.
El desespero incontrolado del
gobierno ante la situación de quiebra del país, generada por el despilfarro y
la corrupción durante la bonanza petrolera que otros productores de crudo
aprovecharon para fortalecer sus reservas, está desembocando en acciones
delictivas cada vez más violentas. Presionado por la enorme deuda externa, la
caída de los precios del crudo y el cierre del crédito internacional para las
importaciones, Maduro optó por los robos a mano armada de las existencias de
productos de empresas privadas: confisca sus alimentos y medicinas “porque se
forman colas”, pero las filas de los mercados oficiales son mayores y las
ocultan en los sótanos y estacionamientos. Jaua declaraba esta semana que “hay
que producir alimentos para superar la crisis”, y lo dice el mismo Jaua que no
escuchó los ruegos de los productores de caña de Río Turbio, cuando, montado en
un poderoso tractor, les destruyó sus cosechas, hoy convertidos en peladeros,
como los asolados plantíos de maíz y caña de Aragua. Maduro dice que “a quien
agarre provocando escasez y desabastecimiento, le espera la cárcel”, como ya
hizo ilegalmente con la directiva de Farmatodo, Día a Día y otros. Fedecámaras
pide que las “inspecciones agresivas” que se hacen al sector privado deben
hacerse también a las 1.400 empresas expropiadas, que hoy producen poco o nada,
y así Maduro comprobaría lo que ya sabe, que el culpable del desabastecimiento
es el gobierno. Cuando la TV oficial presenta incautaciones de 30 toneladas de
productos como “acaparados” está mintiendo, porque tal cantidad –sigue
Fedecámaras– se transporta en un solo camión de mercaderías. Visitemos los
campos y preguntemos: ¿dónde están los plátanos del Sur del Lago con los que
íbamos a inundar el mercado ruso; o el arroz y el café que antes exportábamos?
Solo 2 botones más de muestra: Sidor producía, antes de ser nacionalizada, 4,3
millones de toneladas de acero líquido y hoy no llega a 1 millón. Pdvsa
producía, en 1998, 3,5 millones de barriles diarios con 40.000 empleados, hoy
apenas produce 2,2 millones de barriles por día y cuenta con 120.000 empleados.
¿Cuánto le va a durar a Maduro el saqueo emprendido contra las escasas
existencias de productos en manos del sector privado? ¿Y la reposición de los
inventarios se hará al dólar Simadi de 170 bolívares por dólar? Porque el
utópico dólar a 6,30 para “alimentos y medicinas” solo ha servido para
alimentar la insaciable voracidad roja, pues medicinas y alimentos, ¡no hay!
La dirigencia opositora debe
tomar muy en serio la desesperación oficial canalizada hacia acciones cada vez
más ilegales y tenebrosas de las que culparía a la disidencia, y advertir a la
comunidad internacional de ese riesgo, porque los locos andan sueltos y están
cada vez más locos.
Por: Marta Colomina.
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