Lo que ocurre actualmente con los
precios del crudo no es una historia nueva, de hecho se ha repetido muchas
veces en distintos activos financieros desde que los mercados existen.
Este no es el primer shock
externo negativo derivado de un impacto en los precios del crudo. Hace tan solo
seis años vimos caer el crudo desde 147 dólares el barril hasta 33 en tan solo
seis meses y parece que aún no hemos aprendido la lección. Lo triste es que el
shock anterior tampoco fue una sorpresa. El ciclo bajista del crudo que vivimos
desde finales de los ochenta hasta 1999 tampoco parece habernos dejado ningún
aprendizaje acerca de la dinámica de esta materia prima absolutamente volátil.
Desde una perspectiva fundamental
pocas veces se ha dado una convergencia de factores como los que tenemos
actualmente. Tenemos en primer lugar, un exceso de oferta en el mercado
derivado del incremento importante de la producción de crudo de esquisto en
EEUU y crudo convencional en otras regiones del planeta. El mercado se
encuentra sobre-abastecido y esa es una realidad que nadie discute. El exceso
de oferta actual se encuentra en el orden de los 1.7 millones de barriles
diarios. Una cifra importante.
Por otra parte, en el lado de la
demanda, las expectativas de crecimiento futuro para el año 2015 no lucen
prometedoras. Las principales economías del planeta se encuentran en una fase
de crecimiento débil o desaceleración. China sigue dando señales de
desaceleración, EEUU empieza a mostrar deterioro en variables macro claves
luego de la reducción del estímulo monetario, Europa lucha con sus corrientes
deflacionarias tratando de no entrar en recesión y Japón acaba de declararla
oficialmente. Así que las expectativas por el lado de la demanda son negativas.
Tanto la OPEP como la AIE han reducido su pronóstico de consumo global de crudo
para el próximo año.
Adicionalmente, la Reserva
Federal de EEUU ha comenzado su programa de normalización monetaria culminando
su programa de estímulo monetario conocido como “Quantitative Easing” y
sugiriendo que podría elevar las tasas de interés en el cuarto trimestre del 2015.
Esta realidad tiene implicaciones alcistas en el Dólar Americano el cual tiene
una correlación negativa con los precios nominales de las materias primas,
siendo el oro el más afectado y el crudo se lleva el segundo lugar.
Por otra parte, tenemos a una
OPEP que ha dado señales de tranquilidad con los precios actuales del crudo, el
mensaje pareciera ser que no tomaran acciones hasta tanto no veamos una caída
aun mayor de la ya realizada en los últimos meses. Otros analistas sugieren que
de hecho ya estamos en una guerra de precios con el propósito de recuperar
cuotas de mercado. El próximo 27 de
noviembre será la reunión de los países exportadores y el consenso parece
indicar que no habrá ningún recorte de producción. Por los momentos, el mercado
no está descontando un recorte de oferta abrupto. Este coctel de elementos
fundamentales generan las condiciones ideales para que el crudo continúe su
tendencia bajista de las últimas semanas.
Desde el punto de vista técnico
(estudiando la serie de precios) el crudo se encuentra también dando
importantes señales de venta que no pueden ser desapercibidas. Los ciclos de
las materias primas y de los distintos activos financieros pueden ser
estudiados a través de su serie histórica de precios. Los mismos repiten patrones
clásicos en el tiempo que pueden darnos luces acerca de su comportamiento
futuro.
El Análisis Técnico del crudo
muestra que este se encuentra en una importante fase correctiva no iniciada en
julio del presente año como algunos analistas señalan. Este proceso se inició
desde el estallido de la burbuja de precios en el año 2008. La estructura de
precios que se generó en la serie histórica del crudo es definitivamente la
estructura clásica de una burbuja financiera. Basados en dicha estructura y
estudiando lo que ha sido el comportamiento de este fenómeno a lo largo de la
historia en otros activos, podemos decir que las caídas no han concluido, de
hecho, la parte final del ciclo correctivo concluye con una oleada de ventas
agresiva y rápida (conocida como capitulación) en la que los precios marcan
mínimos cercanos a los realizados en la primera etapa del ciclo correctivo y tienden a encontrar soporte en la línea de
tendencia de largo plazo del activo, que para el caso del crudo WTI se
encuentra exactamente en los $49 dólares por barril. Este proceso de
capitulación aún no ha ocurrido.
El precio del crudo WTI al
momento de redactar esta nota se encuentra en $75,5 con un potencial de caída
para el primer semestre del año 2015 cercano a los $50 dólares el barril. En
otras palabras, desde el nivel actual y estudiando lo que ha ocurrido en el
pasado, el crudo tiene un potencial de caída adicional del 33%. Y nadie que
haya hecho un recorrido por la serie histórica de precios al menos desde 1970
puede sorprenderse al respecto.
No solo el estudio de la
estructura de los precios y el análisis de ciclos señalan mayores caída en el
crudo, otros factores como los indicadores de momentum y el volumen de
transacciones de los grandes fondos en este mercado denotan un sentimiento
bajista como solo se había visto en la etapa de aceleración de ventas ocurrida
en medio de la crisis financiera del año 2008.
Esta convergencia de variables
técnicas (precio/volumen) y fundamentales (oferta/demanda) coloca a Venezuela
en una situación realmente peligrosa en donde el shock negativo del crudo se
puede acentuar con fuerza, en especial en el primer trimestre del 2015.
¿Qué hacer frente a este
escenario? En mi opinión lo primero que debe hacer el país y PDVSA es
plantearse en lo inmediato estructurar una cobertura petrolera. Venezuela
necesita comprar un seguro frente a mayores caídas futuras en los precios. Esta
es la primera medida racional de gestión de riesgo que debe hacer el país. No
es una solución al problema estructural que tenemos, pero es un primer paso
realmente importante que puede generar un punto de inflexión en nuestra
percepción de riesgo externa. Algunos analistas alegarán, que dado el nivel
actual de precio en el crudo, comprar un seguro en este momento supondría un importante
costo y la verdad es así, pero el costo de no hacerlo puede ser infinitamente
mayor. México es un buen ejemplo de país latinoamericano que ha llevado a cabo
con éxito coberturas sobre los precios del crudo.
Mi opinión es que esta cobertura
debería ser dinámica y con un horizonte temporal no mayor a seis meses de
mercado. El costo financiero de la prima de este seguro puede verse compensado
con la disminución de los rendimientos que debemos pagar actualmente para
financiarnos externamente dado nuestra condición de absoluta vulnerabilidad. Es
una forma de destrancar el crédito y enviar un poderoso mensaje al mercado de
que existe un plan de contingencia real.
El siguiente evento de riesgo
importante en el mercado lo tendremos el próximo 27 de noviembre en Viena. Si
la OPEP no decide recortar producción, Venezuela debería estar preparada para
ejecutar la cobertura y defenderse frente al shock de precios que muy
probablemente vendrá.
Esta es una medida defensiva
cortoplacista, pero absolutamente necesaria en la coyuntura actual, la cual
permitirá comprar tiempo (que se agota) para realizar las medidas de ajuste
estructural.
Realmente me impresiona que en
esta coyuntura el planteamiento de la realización de una cobertura petrolera ni
siquiera esté en el debate público, cuando esta debería ser la primera
medida a considerar.
Hoy más que nunca Venezuela
depende de una sola variable externa llamada “precio del crudo” y todavía,
luego de tantos años interactuando con los mercados y siendo el país petrolero
que somos, no hemos aprendido ni siquiera el nombre del juego: “gestión del
riesgo”.
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