Laureano Márquez no cree que vaya
a ocurrir una invasión imperialista, porque asegura que la invasión ya ocurrió
hace tiempo, y la prueba de ello es la vialidad destruida, los hospitales en
ruina y una economía en el suelo
El asunto no es para tomarlo en
broma. Mientras usted hojea este TalCual o hace la cola en un Bicentenario
donde sí llega el Mazeite y la leche en polvo, otros patriotas se alistan
voluntariamente en los ejercicios de defensa del país, en previsión de que no
los sorprenda la planta insolente del imperio ingresando por Maiquetía o
Machurucuto.
No son, pues, maniobras de
distracción electoral, ni tiempos para recordarle al inquilino del Palacio de
Miraflores que todavía escasea el acetaminofén y que no se consiguen
antihipertensivos, desodorantes, pañales ni papel tualé. Es en mitad de este momento crucial de
nuestra pequeña historia cuando el politólogo y humorista Laureano Márquez se
pregunta, justo antes de que empiecen a sonar las sirenas de la tan anunciada
invasión, para qué el gobierno de Nicolás Maduro pide una Ley Habilitante
Antiimperialista, y montan tanta alharaca con una intervención militar yanqui,
“si con dejar de enviarles gasolina para sus aviones de guerra, les inflingimos
tremenda derrota”.
El hasta hace poco editorialista
de los viernes en TalCual –reaparecerá pronto en este semanario– asegura que la
invasión ya ocurrió hace tiempo, y la prueba de ello es la vialidad destruida,
los hospitales en ruina y una economía en el suelo. “Lo que sí tomamos en serio
de esta nueva escalada entre Venezuela y EEUU es que afectará notablemente las
presentaciones de Laureamor y Emidilio, justo cuando teníamos planeado
conquistar Estados Unidos, lo que en todo caso nos asegura un listado mucho
mayor de teatros en los que tampoco podemos presentarnos”.
–El país está a punto ser
invadido por la Casa Blanca ¿Empezó a buscar su refugio o piensa enrolarse en
una de las milicias antiimperialistas?
–No, ¿para qué?, si ya nos
invadieron, nos bombardearon, destruyeron la vialidad, la economía, la salud.
No nos pueden invadir porque ya no queda casi nada que destruir. Así que no pienso molestarme en buscar
escondite. Además, yo hace años me alisté en la milicia del humor, pacifista y
desarmada.
–Los analistas explican que el
lenguaje empleado por Obama para declarar a Venezuela como “amenaza” es un
artilugio legal para que el Congreso apruebe ciertas medidas. ¿Pero no le
resulta obvio que con esa declaración reafirma la teoría del golpe que ha
denunciado el presidente Maduro?
–Yo coincido, aunque se moleste
conmigo la oposición, en lo que dijo una diputada del PSUV: Venezuela no es una
amenaza para nadie. Yo agregaría: Venezuela en este momento es una amenaza solo
para sí misma. Creo por otro lado que el presidente Maduro si no tuviera a
Obama tendría que inventarlo. Es su principal aliado porque es el único que le
proporciona excusas para justificar la profunda incapacidad de su gobierno.
Barack Obama es para nuestro gobierno su locus de control externo. Dije "locus",
por si acaso.
–Si usted fuera Steve Spielberg
¿cómo imaginaría una película de la invasión de USA a Venezuela?
–Es una película que prefiero no
imaginar. Ya vi la de la invasión cubana y la invasión china, y no me gustaron
ninguna de las dos. La de USA tampoco me gustaría.
–Ahora, eso de que la planta
insolente del extranjero profane el sagrado suelo de la Patria no resulta nada
cómodo. ¿Por qué Maduro en acto de reciprocidad no castiga al imperio donde más
le duele y no le envía ni una gota de petróleo?
–Ciertamente. Es una pregunta que
siempre me he hecho. Criticamos las acciones militares de Estados Unidos, pero
mandamos la gasolina para sus aviones de guerra. Nosotros sí que estamos en
capacidad de hacerles un bloqueo y torcerles el pescuezo, como dice Ernesto
Villegas. Creo que no lo hacemos porque en el fondo estamos demasiado seguros
de nuestra superioridad y at the end of the day, les tenemos lástima.
–El fondo de este asunto son las
violaciones a los derechos humanos y la corrupción, que parecen ahora quedar
postergados con el tema de la guerra antiimperialista ¿Por qué Unasur ni
ninguno de los gobernantes de los países vecinos se han pronunciado respecto a
los casos de violación de los derechos humanos?
–Porque para ellos no hay tal
violación de derechos humanos. Para el gobierno y para los camaradas de Unasur,
los que discrepamos de este gobierno simplemente no somos humanos.
–Si usted formara parte del
gobierno y ocurre esta cuasi declaración de guerra, aparte de chequear los
decodificadores de Directv, ¿qué medidas propondría?
–La importación urgente de
escocés, porque cada vez que los gringos se meten en un problema, el Reino
Unido los apoya; y si esa gente bloquea nuestras importaciones de whisky, sí
que estaríamos totalmente perdidos. Porque que falten medicinas, pañales y
leche en polvo, eso se soporta, pero ¡el whisky! Es lo único verdaderamente
sagrado para todos los venezolanos.
–¿De alguna manera esta crisis
afectaría a la presentación de comedias subversivas como “Laureamor y
Emidilio”?
–Sí, totalmente. Eso es lo
tomamos en serio de esta nueva escalada entre Venezuela y EEUU: que afectará
notablemente las presentaciones de Laureamor y Emidilio, justo cuando teníamos
planeado conquistar Norteamérica, lo que en todo caso nos asegura un listado
mucho mayor de teatros donde tampoco nos podremos presentar.
–En medio de esta paranoia, si el
gobierno decide apresar –por precaución, como lo hizo con Ledezma– a sus
colegas, ¿se atrevería a visitar a Claudio Nazoa o a Luis Chataing?
–No solo los visitaría, sino que
estaría permanentemente acompañándoles en prisión. Así soy de solidario.
–¿No le asusta la afirmación del
embajador Roy Chaderton de que una bala “pasa rápido” por una cabeza
“escuálida” porque “es hueca”?
–Sí, en verdad, me asusta
muchísimo. Tanto que prefiero no comentarlo. En verdad no se me ocurre nada qué
decir.
Por: Elizabeth Araujo
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