“Una pregunta más: ¿Con una mayoría
parlamentaria de oposición saldrían en libertad Leopoldo López, Ledezma,
Ceballos y cada uno de los presos políticos?…”
La MUD aprobó realizar primarias
en 38 circunscripciones para definir 42 candidaturas y distribuir por consenso
el resto de las plazas, para un total de 87 circuitos electorales. Bien. Lo
primero que uno se pregunta de cara al drama-país en materia de seguridad,
escasez, persecución política, inflación y DDHH ¿qué resolvemos realmente a
través del enfoque electoral?
Estamos de acuerdo con la tesis
de no dejar el camino libre al gobierno para posesionarse de la AN, como
ocurrió en 2005. Sin embargo, analicemos el aletargamiento ciudadano de ambos
bandos y lo que han arrojado más de una veintena de eventos electorales desde
1998. Tenemos una sociedad moral, económica y socialmente devastada. Esto
comporta un inmenso esfuerzo político para seguir creyendo en actores políticos
reincidentes (por triviales). ¿Cómo pedirles a los padres de jóvenes asesinados
que salgan a votar? ¿Cómo persuadir a quienes han hecho del voto un patrón de
conducta y un culto de fe ciudadana, que salgan a votar por políticos que no
supieron cobrar elecciones en 2013?; (PJ a la cabeza). ¿Cómo pedirles a los
ciudadanos que han favorecido con su voto a esos 29 partidos que integran la
“Mesa de la Unidad”, que le den un espaldarazo a quienes no defendieron a la
diputada María Corina Machado al ser expulsada de la AN (Barbosa, Borges,
Capriles, Falcón, Medina, Aveledo)? Queda claro como el agua que María Corina
quedó sola en la emboscada, entrándoles un “fresquito” a los partidarios de “la
alianza perfecta”. ¿Cómo explicarle a un colectivo que pasa horas mendigando
por leche, pollo o azúcar, que salga a votar, porque a la semana siguiente
aparecerá el café, los cosméticos, el papel higiénico o los detergentes? ¿Cómo
decirle a la gente que su voto ahora sí cuenta?; “que defenderán los espacios”,
recuperarán la democracia, habrá justicia y la tasa de criminalidad disminuirá
… ¿Cuál es el ofrecimiento (y el compromiso) de fondo (y de verdad) de los
nuevos candidatos? ¿Construirán una verdadera unidad? Una pregunta más: ¿Con
una mayoría parlamentaria de oposición saldrían en libertad Leopoldo López,
Ledezma, Ceballos y cada uno de los presos políticos?
De las lecturas existencialistas
de Arthur Schopenhauer (El mundo como voluntad y representación), uno comprende
la importancia de la voluntad cómo expresión “de un continuo deseo
insatisfecho”. A partir de la idea de insatisfacción, Schopenhauer concluye que
“toda vida es esencialmente sufrimiento” (ob.cit.) “y aún cuando el hombre tras
múltiples esfuerzos consigue mitigar o escapar momentáneamente del sufrimiento,
termina por caer de manera inexorable en el insoportable vacío del
aburrimiento”. Queremos votar como expresión consciente para satisfacer deseos
anhelados y no realizados. Pero en ese esfuerzo continuo por escapar de una
realidad adversa, peligrosa y padecida -que no cambia- nuestra lealtad
ciudadana, producto de un voluntarismo ineficiente (sufragar), trasmuta en un
vacío inconmensurable de aletargamiento, sufrimiento y aburrimiento. En
Venezuela el voto se ha convertido en un instrumento de sujeción de los poderes
públicos, de militarización, justicia revolucionaria y antidemocracia. Todo en
las narices de una MUD que se enfoca en papeletas (Dist. Borges); que mejor
reconoce a Lucena que a Machado y va más pendiente de un curul que de lo
esencial: la vida y la libertad. Esto ha confundido a la comunidad
internacional que cree que en Venezuela subyace una democracia a cuenta de
elecciones. Y lo cierto es que no se cuenta lo que se vota, ni va en proporción
a lo clivages territoriales (volvieron a cambiar los circuitos). Si los
políticos no han sabido pedir ni rendir cuenta de lo votado, ¡aburren! Y el que
aburre no va pal’ baile. Si el voto como acto volitivo no produce en sus
elegidos: compromiso, envestidura ni habilitación; y en sus electores (más
disidentes), supone un continuo de frustración, anclaje y decepción, votar más
que un acto consciente y trascendente, es un acto engañoso de la esencia
ciudadana. ¿La solución es no votar? No. Es exigir y exigirnos más. A lo menos
primarias generales. No al consenso aplastante.
Enrique Márquez (UNT) destacó que
la MUD aprobó “una fórmula perfeccionada” y que las primarias tendrán un uso
estratégico”. ¿Cuál estrategia Márquez? … Comentó que la MUD ofreció a Machado
que repita porque “representa muy bien el circuito en el que fue electa”
(Chacao-Baruta-El Hatillo de Miranda) ¿Y quién la ha representado a ella cuando
ha necesitado de la MUD? Otros jefes partidistas ya tienen ubicación: Julio
Borges (Miranda), Roberto Enríquez (Miranda), Freddy Guevara (Miranda), Delsa
Solórzano (Miranda), Henry Ramos Allup (Distrito Capital) y Enrique Márquez
(Zulia). Pregunto de nuevo: ¿La alianza perfecta, es con quién? Me recuerda
aquel mesías que predijo: “los tiempos de Dios son perfectos”. Pero López sigue
preso, Ledezma le acompaña; MC perdió el curul y niños pierden la vida con
“balas en la cabeza”. Pues nada. ¡Voten! La casa, gana…
Por Orlando Viera Blanco/@ovierablanco
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