Hay una expresión popular que
dice: “cada país, cada región, tiene el gobierno que se merece”. Evidentemente
esto no aplica en lo absoluto para el Táchira, y menos después de la
inigualable lucha que han mantenido los llamados “Gochos” contra la dictadura
chavista.
Todos los días vemos a través del
único medio libre que queda en Venezuela, el Twitter, cómo los tachirenses son
ahogados en gas pimienta, atacados por los colectivos armados y masacrados por
los organismos que brindan seguridad al poder político en Venezuela. Mientras
todo esto ocurre, el resto del país está haciendo cola. ¿Pueden ganar la lucha
los tachirenses si en lugar de pensar en cambiar el gobierno y el sistema de su
propia región, se ocupan de ser el epicentro de una rebelión nacional que no
llegó en 2014 y tampoco llegará en 2015? Estoy convencido de que no.
Todos conocemos los
acontecimientos de Febrero de 2014, y cabe destacar que en muy pocos estados
nos unimos a la lucha que el Táchira inició. Hoy día son solo ellos quienes se
juegan la vida entre balas, perdigones de plomo y oficiales con licencia para
matar. Pero hay un bendito problema que hará que toda esa lucha de los tachirenses
sea en vano: hacerlo por toda una nación. No Gochos, el resto del país no
merece su sangre, no merece su lucha y no merece que sean ustedes los
sacrificados mientras los demás están más ocupados de sobrevivir que de salir
de la dictadura. Y lamento incluir en esta lista a Mérida, que a pesar de haber
sido un ejemplo en 2014 hoy día está tan fría como su Pico Bolívar.
El venezolano común tiene dos
concepciones erróneas de cómo salir de una dictadura. La primera de ellas es el
absurdo de que “saldremos de esto cuando los barrios bajen”. Los barrios están
bajando todos los días pero a comprar productos a precios regulados para
revenderlos a precios de mercado y así triplicar la beca y la pensión que les
pagan, cosa por la cual no los culpo. En una sociedad, los grandes cambios no
se gestan desde las clases populares sino desde la clase media, algo que ya
está extinto en Venezuela. El otro error es creer que nada pasará en el país si
Caracas no se une. Esta tonta concepción es derivada del centralismo, pero más
aún, está patrocinada por ese pedacito del himno nacional que ya nada tiene que
ver con la realidad: “seguid el ejemplo que Caracas dio”.
¿Venezuela quiere un ejemplo?
Pues lo tiene en el Táchira y sus Gochos. ¿Los Gochos quieren ganar la batalla?
Háganlo por ustedes mismos y no esperando que todo un país se les una, porque
eso está muy lejos de ocurrir y se van a cansar esperando como pasó en 2014;
además de que no hay medios que le transmitan a todo el país lo que ocurre en
Táchira. “Regionalicen” su lucha, hagan un experimento que ningún otro estado
se ha atrevido a hacer: traten de cambiar su propia realidad, ese gobierno y
ese sistema que a ustedes no los representa y que hoy está en manos de Vielma
Mora. Háganlo por los medios que ustedes decidan y no esperen recibir
aprobación ni sugerencias de todo un país que hoy día duerme en las afueras de
supermercados para poder comprar lo que a ustedes les quitaron hace ya tiempo.
Recuerdo una cita de Luis
Chataing que dice: “Millones de venezolanos nos ponemos de acuerdo y hacemos
algo”. Eso suena genial e incluso sería ideal, pero es algo que para nada tiene
que ver con la realidad. A pesar de que todo el país tiene casi los mismos
problemas, cada región los interpreta de manera distinta, por lo cual, lo que
le funciona al Táchira para solucionarlos no significa necesariamente que le
funcionará a los demás.
Si quieren ser el ejemplo, hagan
el intento de cambiar su propia realidad y quizás, solo quizás, otras regiones
se les unirán cuando vean que ustedes están luchando por su propia libertad y
no por la de los demás. Ese será el mejor ejemplo a gran escala de que, el
cambio en Venezuela solo es posible si comienza de manera individual.
José Miguel
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