UNA VEZ MÁS

“Por el mismo efecto caótico en el tiempo que en el espacio, las cosas van cada vez más rápido cuando se aproximan a su culminación, tal como el agua acelera misteriosamente su curso al aproximarse a la cascada”. (Jean Baudrillard, L’illusion de la fin) 
El régimen, mediante ofertas populistas y demagógicas, logró desde sus inicios, encauzar las esperanzas y anhelos de cambio albergado en miles de pobres que esperaron siempre una respuesta a sus angustias.
 
Sin embargo, la corrupción se incrementó, la inflación sobrepasó los niveles de tolerancia, así como el desempleo, la criminalidad y la desintegración familiar, en fin de cuentas, lo mismo de siempre: la ignorancia, la pobreza y la miseria ocupan su absurdo lugar en el recorrido de toda nuestra historia. 
Una vez más, ese Maná al que irresponsablemente debemos todo, del cual dependemos absolutamente, se vino abajo, en esta oportunidad por ese fracking o fracturamiento hidráulico en los pozos petroleros llevado adelante en el Imperio, sin terremotos ni invasiones, y una vez más la historia vuelve a repetirse, pues de nuevo se esfuman las oportunidades de tener un país de primera, una vez más la crisis -producto de tantos desaciertos y disparates, además de la del sector petrolero- conlleva al desengaño, al desencanto y a la total desconfianza. 
Una vez más la providencia deja de apiadarse de nuestro país -ella también se cansa de tanta estulticia vernácula- y permite que aparezcan las consecuencias habituales causadas por la irresponsabilidad, la incapacidad y hasta la inmoralidad de este alocado régimen: inflación descontrolada, pérdida del poder adquisitivo de la población, desorden e inestabilidad en lo pertinente al tipo de cambio, hasta aparece la cosa esa tan compleja que los economistas llaman estanflación. 
Hoy nuestro país, panglosianamente, vive el peor de ambos mundos: el petróleo no logró -una vez más- producir el dinamismo que nos colocase en un lugar privilegiado, y lejos, muy lejos de tal cometido, la insatisfacción popular, la frustración y la rabia, acompañan al venezolano en esas interminables colas que roban su tiempo y aniquilan sus esperanzas. Ahora la ciudadanía vive en un clima de angustia, intranquilidad y mal humor y no cree en más explicaciones justificativas del fracaso del régimen. Una vez más nos percatamos lo nefasto que resulta un gobierno populista y demagogo que sembró quimeras que nos cobijarían en cuanto a nuestras necesidades y que -tal vez siguiendo el ejemplo del viejo Marx- ni siquiera tendríamos que trabajar para lograr tan envidiable condición. Sin duda Marx leyó a Hegel quien anotó que la historia siempre se repite. 
En “El 18 Brumario de Luis Napoleón” el autor de “El Capital” le respondía: “La primera vez es tragedia, la segunda es farsa”. En todas partes donde el socialismo fue puesto en práctica se demostró que, además de la imposición de corte totalitario, de persecuciones, violaciones a los elementales derechos, conduce hacia la pobreza y el desorden económico. El socialismo se ha intentado repetidamente desde hace cientos de años. Nunca funcionó y siempre ha empobrecido material y moralmente las sociedades que intentaron construirlo. 
Este sistema, que ha sido utilizado como modelo en todos esos países socialistas que tantas penurias vivieron, siempre ha fracasado porque es insostenible... y acá y ahora, luego de haber acabado con más de 100 “Planes Marshalls”, con unos recursos y un capital político muy considerable, una vez más se repite la lamentable historia de un fracaso anunciado. Ineludiblemente tenemos que reconocerlo: este régimen que ha ocasionado este terrible marasmo es una consecuencia de la sociedad, pero la sociedad también es una consecuencia de este régimen y los anteriores. 
Así las cosas, ya es tiempo de entender que existe sólo un sistema que permite la creación de riqueza, en el que prevalecen los derechos individuales a la vida, la libertad, la propiedad y el derecho a la búsqueda de la propia felicidad. 
Ese sistema requiere asimismo el respeto por otro principio fundamental que es que las mayorías no tienen el derecho de violar los derechos de las minorías. Y ese sistema, no es precisamente ningún socialismo de ningún tipo o disfraz que se quiera colocar. 

Manuel Barreto Hernaiz
barretom2@yahoo.com

No hay comentarios. on "UNA VEZ MÁS"

Leave a Reply

Gracias por participar en esta página.

@Mivzlaheroica