lunes, 19 de enero de 2015

SOLO MISERIA...

 “El socialismo, es la filosofía del fracaso,  el credo a la ignorancia, la prédica a la envidia. Su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”. Winston Churchill

El filósofo Fernando Savater describe la realidad de la imagen que acompaña esta nota con mucha precisión: “Estar en la miseria es no saber lo que se quiere, es entregar la vida a la fe y no a la acción, es descansar en la esperanza, en las creencias o en los demás y no fortalecer la voluntad y luchar por lo que se quiere. La miseria, en efecto, es el gran enemigo de la libertad. Y también lo es la ignorancia, nacida igualmente de la escasez y la pobreza. Un país en el que falla la educación está condenado a un futuro incierto, de la misma forma que un pueblo que se desentiende de la cultura y de las formas entra de lleno en la vulgaridad, se degrada y pone límites a su crecimiento...”.

Un ciudadano con derechos pero ignorante no sabe qué significan sus derechos, no sabe exigir su cumplimiento y, peor aún, ni siquiera distingue cuando los pierde. Por eso una persona ignorante puede ser presa fácil de esas ofertas demagógicas que prometen cosas en vez de explicar cómo se van a cumplir los derechos establecidos en la Constitución. La incapacidad del régimen para garantizar el derecho a una verdadera educación de calidad fue uno de los tantos factores  que provocaron  que las personas ignorantes hubiesen preferido contar con una  “una misión cualquier cosa” en mano, que cien derechos volando. Y tratando de acercarnos al pensamiento de Savater, podemos inferir entonces que si la ignorancia inhabilita a las personas como ciudadanos, la miseria es la negación misma de la ciudadanía. De manera cínica y descarada, a lo largo de estos alocados años, el régimen prometió abundancia y engendró miseria, prometió libertad y engendró servidumbre. Pasaron los años y los pobres siguieron siendo pobres. Se hace menester repetirlo: la miseria y la ignorancia debemos eliminarlas de raíz, combatiéndolas con educación de calidad, puesto que cuando se educa bien, se eleva al ciudadano y ello le otorga un mayor grado de libertad, un mayor y mejor discernimiento; y con políticas que erradiquen el hambre y la desnutrición. ¿Hacia dónde vamos? Nadie lo sabe. Solamente sabemos que tenemos que cambiar si queremos un futuro más halagador... y menos miserable…
MBH

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@Mivzlaheroica