Los dolores, sacrificios y logros
de este año que termina son lecciones y energía
En 12 meses Venezuela es otra. En
enero de 2014 el régimen alardeaba de los resultados electorales municipales y
de su respaldo popular; lucía cohesionado, “guapo y apoyao”. La sociedad
venezolana se veía desconcertada, triste, paralizada. Dentro y fuera del país
pocos creían en un cambio político en el corto plazo.
Comienza el 2015 con un régimen
colapsado, sin gobernabilidad ni legitimidad. A lo interno, sus facciones están
irreconciliablemente enfrentadas y los disidentes denuncian persecución. El
mundo finalmente reconoce y denuncia el carácter dictatorial de un régimen que
viola masiva y sistemáticamente los derechos humanos.
Maduro optó por profundizar las
causas de la tragedia: mayor control de la economía y la sociedad; corrupción,
censura y represión. Su ineptitud y falta de autoridad hacían imposible esperar
una “rectificación”, así sólo fuese cosmética. Ni la caída estrepitosa de los
precios del petróleo logra que entienda su fracaso. El que sí lo entendió fue
Castro; abandona el barco antes del naufragio.
Hoy, el drama económico ?obliga a
las familias venezolanas a groseras e injustificables penurias para sobrevivir.
Esta indignación se exacerba con la desfachatez de “los poderosos” robándose lo
que queda.
El lamentable espectáculo de la
“renovación” de los Poderes Públicos evidencia el grado de descomposición moral
del régimen en su etapa terminal, y lo debilita aún más. Creer que sólo con
diálogo político era posible un resultado distinto, es más que ingenuidad.
Además de esta lección, este atropello arroja una consecuencia positiva: ahora
nadie podrá cuestionar que enfrentamos una dictadura.
En 2014 los ciudadanos reaccionamos,
nos encontramos en la protesta cívica y demostramos el poder del pueblo unido,
en la calle, decidido a conquistar su libertad. Las poderosas razones para
exigir la salida a la crisis que motivaron la histórica movilización de 2014,
han crecido en una mayoritaria y profunda conciencia sobre lo urgente e
inevitable del cambio de régimen.
Así empezamos el 2015: frente a
la inminencia del cambio. Los dolores, sacrificios y logros de este año que
termina son lecciones y energía para concretar la transición a la democracia e
iniciar la reconstrucción de nuestro país.
@mariacorinaYA
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