El pueblo ya tiene el cinturón
bien apretado, ¿Cuándo se lo van a apretar ustedes?
Desde el gobierno nacional se
sigue creando más y más cargos públicos, instituciones, policías especiales y
pare usted de contar. Nos enfrentamos todos los venezolanos a épocas muy duras,
en las cuales simplemente no hay cómo pagar el gigantesco gasto burocrático que
en la última década se ha multiplicado exponencialmente. El precio del barril
petrolero en picada y sin que se vislumbre en el corto plazo que vuelva a
recuperar su valor reciente. No sé dónde tienen la cabeza quienes, en lugar de
apretarse el cinturón y tratar de disminuir el gasto público, se empecinan en
actuar como si nada nos estuviera sucediendo.
La duplicidad del gasto es la
conducta más común de esta revolución empobrecida y empobrecedora de todos y
cada uno de los ciudadanos que habitamos esta patria. Es como una enfermedad
que no para y a la que no hay institución alguna que le ponga coto.
Control
A fin de controlarlo todo y de
destruir al adversario, se justifica cualquier medio para hacerlo, aunque ya ni
se tenga ese medio, léase, el dinero. Muchas otras veces no lo hacen para
destruir a un adversario político, sino por simple politiquería para decir que
se está haciendo algo cuando en realidad lo que se está es haciendo más
erogaciones del dinero público, dinero que ya no alcanza. Se acostumbraron a
gobernar a los realazos y sin controles, y no saben cómo dejar de gastar
inútilmente el dinero que es de todos los venezolanos.
Se han creado entes paralelos a
gobernaciones y alcaldías financiados con dinero público, duplicando
funcionarios, con el fin político de competir con estas al no aceptar sus
derrotas electorales que han sufrido y las que se les vislumbran. Derroche de
recursos del Estado.
La racionalidad en el gasto
público es algo que la revolución no conoce. Esta semana se ha creado una
policía contra la corrupción. El Cicpc tiene una dirección destinada a la
investigación de los hechos de corrupción. Si no funciona, ¿la solución no
debería ser dar una buena movida de mata a lo interno para que la misma se
adecue a las necesidades de investigación actuales, en vez de crear otro órgano
policial que se dedique a lo mismo? Se crea esta nueva institución para dar la
impresión de que se quiere luchar contra la corrupción, como medida efectista.
¿No es corrupción acaso destinar recursos públicos para que dos entes distintos
hagan exactamente lo mismo? Se paga dos veces por lo mismo. Nace mal este nuevo
órgano.
Gasto
Cada vez que se crea un nuevo
órgano en la administración central, se produce un aumento del gasto público.
Nunca habíamos tenido tantos ministros ni viceministros como en esta era
revolucionaria. Nunca habíamos tenido tantos institutos autónomos y empresas
del Estado como en esta era revolucionaria. Nunca la carga del Estado había
sido tan grande y pesada como en esta era revolucionaria.
El gobierno nacional recomienda
al pueblo que ahorre, que no gaste todos sus aguinaldos. ¿Qué ejemplo da?
¡Ninguno! Como si la botija estuviera llena, como si nuestros ingresos fueran
los mismos, sigue el derroche y no se corta donde se debe cortar para que la
carga burocrática del mastodonte en el que se ha convertido el gobierno
nacional disminuya.
¿Cuánto más va a resistir nuestro
pueblo la presión inflacionaria, el desabastecimiento, la pérdida del poder
adquisitivo de nuestra moneda? ¿Cuánto más va a despilfarrar el gobierno
nacional creando más cargas públicas para el Estado con gobiernos paralelos o
con nuevos órganos para hacer lo mismo?
Todos los economistas que escucho
aconsejan establecer una tasa única de cambio, reducir el gasto público
superfluo, invertir en aquello que producirá riqueza al Estado y a los
venezolanos. Permitir al sector privado invertir dándole seguridades. Debe
generarse empleo productivo y no burocracia improductiva, muy costosa y
financiada solo con fondos públicos que se pierden día a día.
Esto no tiene nada que ver con el
socialismo, a menos que nos digan que este socialismo criollo consiste en que
todos los venezolanos sean dependientes únicamente del Estado, porque no hay
Estado. No hay Estado, por más rico que sea, que pueda aguantar esa carga. Y
estamos muy lejos de ser ricos, porque nuestra riqueza fue malbaratada, robada,
mal administrada o desperdiciada. Esa es la dura y triste realidad.
Toca disciplinarse en el gasto y
dejar de inventar. Toca entender que como país estamos pobres de nuevo y
debemos actuar como tales y no como nuevos ricos botarates a los que nada les
costó esa riqueza fortuita que se malbarató. Ya no hay dinero para seguir
actuando irresponsablemente desde el gobierno nacional. El pueblo ya tiene el
cinturón bien apretado, ¿Cuándo se lo van a apretar ustedes?
GERARDO BLYDE | EL UNIVERSAL
gblyde@gmail.com
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