OPEC PRODUCTION LEVE
La cumbre de la OPEP finalizó hoy
en Viena sin un acuerdo para recortar la producción y el precio del petróleo
continuó desinflándose al punto que el barril Brent, cuya tendencia es seguida
por el crudo venezolano, descendió hasta 75 dólares: el nivel más bajo en
cuatro años.
“Conforme con el interés de
devolver el equilibrio al mercado, la Conferencia (ministerial) ha decidido
mantener el nivel de producción de 30 millones de barriles diarios”, explicó la
OPEP en el comunicado emitido al cierre de la cumbre.
El desenlace no ha sido el
esperado por el gobierno venezolano.
El incesante aumento de la
extracción de petróleo en los pozos de Estados Unidos y la inesperada alza en
el bombeo de Libia e Irán han coincidido con la desaceleración de la demanda en
China y Europa, creando una mezcla perfecta para que el oro negro pierda brillo
y registre un declive de 32% con respecto a la cotización promedio de junio.
Dos semanas antes de la cumbre de
la OPEP, el canciller de Venezuela, Rafael Ramírez, realizó una gira por
Argelia, Qatar e Irán para buscar apoyo a la propuesta del recorte de
producción. Además, se reunió con los Ministros de Petróleo de Arabia Saudita y
otros dos grandes productores no OPEP: Rusia y México. Pero no hubo acuerdo
para disminuir la cantidad de barriles en el mercado.
Ali Al-Naimi, Ministro de Petróleo
de Arabia Saudita, país que produce 30 de cada 100 barriles que vende la OPEP,
dejó en claro la posición de su gobierno al señalar (un día antes de la cumbre
de Viena) que el mercado petrolero “se estabilizará por sí mismo” y anticipó
que los países del Golfo Pérsico no apoyarían la propuesta del recorte de
producción.
Varios analistas consideran que
Arabia Saudita está interesada en un barril con precios más bajos para golpear
la rentabilidad de las inversiones que soportan la extracción de crudo de esquisto
(shale en inglés) en Estados Unidos y así defender su cuota de mercado.
¿A qué precio el esquisto deja de
ser negocio?
Las estimaciones sobre cuál es el
precio del barril al que los productores de crudo de esquisto no podrían
registrar una rentabilidad adecuada varía ampliamente. La consultora IHS
considera que la mitad de los proyectos en marcha serían rentablea con un crudo
a 57 dólares, mientras que Abdalla El-Badri, Secretario General de la OPEP,
estima que a 85 dólares las nuevas inversiones perderían impulso.
Pearce Hammond, analista de Simmons & Co. (un
banco de inversión especializado en el negocio energético), afirmó en un
reporte difundido esta semana que las pequeñas y medianas empresas que llevan a
cabo proyectos de extracción de petróleo de esquisto han mejorado sus técnicas
y están incrementando la producción de los pozos.
En cada uno de los últimos cuatro
años la producción total de Estados Unidos ha establecido un nuevo récord. Y en
2013 fue el responsable de 97 de cada 100 barriles extraídos por los países que
no integran la OPEP, de acuerdo con el informe elaborado por BP.
Pero hay algo más: el otro
elemento que varios analistas incluyen en el tablero petrolero es que un barril
debilitado ayudaría a Arabia Saudita y Estados Unidos a golpear las economías
de Irán y Rusia.
El pasado 24 de noviembre, los
ministros de Relaciones Exteriores de Irán, Estados Unidos, Gran Bretaña,
Francia, Rusia, Alemania y China fracasaron en el intento de lograr un acuerdo
para desmantelar el programa nuclear iraní, algo que preocupa profundamente a
Arabia Saudita.
El analista Stephen Schork había
pronosticado que, si Irán no cedía en las conversaciones sobre el tema nuclear,
difícilmente Arabia Saudita haría algo para ayudar a impulsar los precios del
petróleo.
Y en Rusia también crece la
presión. La mitad del presupuesto que ejecuta el gobierno de Vladimir Putin se
soporta en los ingresos provenientes del petróleo y, de acuerdo con las
proyecciones deBank of America, Rusia se encamina a la recesión. Por lo tanto,
las sanciones impuestas a Moscú por la anexión de Crimea ganan intensidad.
¿A dónde va el precio?
Al culminar la reunión en Viena
el secretario general de la OPEP emitió unas declaraciones que responden a la
posición sostenida por Rafael Ramírez, en el sentido de que el precio justo
para el petróleo es de 100 dólares el barril y que el nivel actual es sumamente
bajo.
“No tenemos objetivo de precio
para el petróleo”, afirmó Abdalla El-Badri. Pero además añadió que “los 100
dólares por barril es un precio bueno para los consumidores y para los
productores, pero debemos adaptarnos a los nuevos tiempos […] No tenemos ni un
máximo ni un mínimo de precio”.
Neil Atkinson, analista jefe de
Lloyd, declaró a CNBC que el precio del petróleo seguirá descendiendo durante
las próximas semanas, pero no debe esperarse un derrumbe. Mientras que Ehsan
Ul-Haq, analista senior de la firma KBC Energy Economics, señaló que el barril
continuará por debajo de los 80 dólares. “La probabilidad de precios del
petróleo por debajo de 70 dólares es de 20%, mientras que un rango entre 70 y
80 dólares tiene una probabilidad de 40%”, dijo Ehsan Ul-Haq.
Tom Kloza, fundador de Oil Price
Information Services, considera que durante el segundo semestre del próximo año
la demanda de petróleo podría descender en un millón de barriles diarios. Y si
la OPEP no acuerda un recorte de producción en la primavera de 2015, es
factible que el precio descienda incluso hasta 35 dólares el barril.
La desesperación
“El petróleo puede bajar hasta 40
y yo garantizo a este pueblo todos sus derechos sociales, a la educación, a la
salud, a la alimentación, a la vida… Venezuela tiene garantizados sus recursos
para seguir prosperando”, afirmó el presidente Nicolás Maduro el pasado 17 de
octubre.
Al igual que hizo Hugo Chávez en
2009, cuando el barril se desplomó por el descenso de la economía global,
Maduro intenta enviar un mensaje de tranquilidad, control y estabilidad, con el
objetivo de minimizar la percepción de crisis profunda que puede desatar la
caída de los precios del petróleo.
Pero todo indica lo contrario. A
pesar de que, en lo que va de año, la cesta petrolera venezolana se ha cotizado
a un promedio de 92,76 dólares, la economía nacional sufre una fuerte escasez
de divisas. Y los dólares que hay son insuficientes en un entorno donde un tipo
de cambio artificialmente barato a Bs.F 6,30 dispara las solicitudes de
billetes verdes, el precio del petróleo no aumenta, la producción de PDVSA se
estanca, hay acuerdos de financiamiento con países aliados que implican que no
entra en caja todo lo que debería obtenerse por las ventas de crudo y crece lo
que hay que pagar por deuda externa.
En este escenario, el Gobierno
recortó las divisas para el sector privado, forzando una drástica caída en las
importaciones y empujando la economía a la recesión.
Al cierre de la semana pasada el
crudo venezolano se cotizó en 68,97 dólares el barril, reflejando un descenso
de 30% respecto al promedio de junio. De no haber un rebote, todo indica que
Venezuela seguirá bajo un cuadro de escasez de divisas y recesión en 2015.
Hay entidades financieras que
calculan que, por cada dólar que desciende el precio promedio anual del
petróleo, Venezuela recibe 720 millones de dólares menos.
Alejandro Grisanti, analista de
Barclays Capital, indica en su último informe sobre Venezuela (fechado el 25 de
noviembre) que la administración de Nicolás Maduro adelanta la titularización
de la deuda de Petrocaribe, la venta de Citgo y un nuevo acuerdo de
financiamiento con China para obtener entre 16 mil y 18 mil millones de dólares.
Si estos pasos se concretan, el
gobierno podría ganar tiempo. Pero, sin un rebote de los precios del petróleo,
luce muy difícil que Venezuela pueda abandonar el túnel de alta inflación y
recesión.
Lección no aprendida
Después de la dolorosa experiencia
de los años ochenta, los países petroleros entendieron la necesidad de no
gastarlo todo cuando el precio del barril se dispara y ahorrar una porción
importante del ingreso, a fin de no someter a la población a penosos ajustes,
en caso de que el oro negro pierda brillo.
Venezuela no parece ser el caso.
La balanza de pagos que publicó el Banco Central registra que entre 2005 y 2013
(asumiendo un estimado para el último trimestre) el país obtuvo por
exportaciones petroleras 641 mil 872 millones de dólares. Pero el Fondo de
Estabilización Macroeconómica, esa alcancía formalmente constituida para
ahorrar, sólo cuenta con 3 millones de dólares.
El Gobierno puede argumentar que
(aparte de esta alcancía) tiene recursos en el Fondo Nacional para el
Desarrollo Nacional (el llamado Fonden) y en otros bolsillos que maneja
directamente, pero se trata de iniciativas que cubren planes de gasto. Es decir:
no son un mecanismo de ahorro y, además, al ser poco transparentes se desconoce
cuánto dinero tienen disponible.
Hay datos del Sovereign Wealth
Fund Institute que registran que al cierre de septiembre de este año el fondo
de ahorros de Noruega contaba con 893 mil millones de dólares, el de Emiratos
Árabes Unidos tiene 893 mil millones, Arabia Saudita cuenta con 757 mil
millones, Kuwait 410 mil millones, Qatar
170 mil millones, Rusia 88 mil millones, Argelia 77 mil millones, Libia 66 mil
millones e Irán 62 mil millones.
Entidades financieras y firmas
especializadas proyectan que el Gobierno venezolano podría disponer de
aproximadamente unos 12 mil millones de dólares en sus distintos fondos. Pero
se trata de cifras extraoficiales, que no han sido suministradas formalmente
por la administración de Nicolás Maduro.
Aun suponiendo que estos recursos
existan, se trata de una magnitud enana con respecto a los fondos de ahorro de
otros Petroestados.
Por Víctor Salmerón
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