La Real Academia Española define Radical como: Extremoso, tajante,
intransigente; y Radicalismo como: Conjunto de ideas y doctrinas de quienes, en
ciertos momentos de la vida social, pretenden reformar total o parcialmente el
orden político, científico, moral y aun religioso; Modo extremado de tratar los
asuntos.
Me gusta una persona radical que
es ecuánime, que es coherente, que se plantea las causas y el origen de lo que
no está bien, lo que le deja ser objetivo al ver soluciones oportunas, Las que son
firmes cuando encuentran el camino o las soluciones correctas, pero que se
permiten escuchar y analizar otras opciones sin agresiones a quienes las están planteando.
¿Quién en Venezuela podría negar,
que es necesario un cambio radical de la actual realidad? o que es imperativo implementar
acciones extremas para combatir la inseguridad, la escasez, la corrupción y el
desempleo; O acciones radicales para librarnos de los traficantes, terroristas,
guerrilleros e invasores extranjeros, creo que nadie en su sano juicio con
objetividad suficiente para analizar la magnitud de nuestra situación actual lo
negaría.
Pero existen situaciones que
siendo muy objetivas hacen daño, que
destruyen, y existen las personas que las provocan. Aunque haga falta cierta
radicalidad en el país hay extremos a los que no debemos llegar, como por
ejemplo agredirnos unos a otros en cualquiera de sus formas por simplemente
tener puntos de vista diferentes ante una misma situación, recordemos que nadie
es dueño de la verdad absoluta y que aunque quizás tengamos razón en parte tal
vez ese otro venezolano también la tiene y ¿quiénes somos nosotros para
juzgarle o calificarle por ello?
Siendo moderados podemos escuchar
los planteamientos de las partes involucradas, oír las dos versiones de una
misma situación. Sin que ello signifique traicionar nuestra razón de ser, como venezolanos
miembros de esta sociedad que dice espera estar dentro de un sistema de valores
y libertades democráticas.
En una asociación de personas
políticas existen infinidad de opiniones, en la que es difícil afirmar quién
tiene la razón pues tan radicalmente extremista puede ser el que sostiene una
posición como el que se le opone.
Los invito a comenzar por reencontrarnos,
sinceramente dispuestos a poner los intereses de la República por encima de los
intereses o las posturas personales, a tolerarnos en nuestras diversidades de
pensamientos, maneras, formas de ser de decir, e incluso de reaccionar ante las
diversas situaciones que vivimos día a día en medio de lo que hemos denominado
nuestra lucha contra el régimen actual que gobierna nuestro país.
Pensemos en nuestro
comportamiento y actitudes frente a las situaciones del que se nos presentan, y
comparemos que tanto nos estamos pareciendo en las actitudes a esos que tenemos
17 años criticando, esto nos enfrenta al dilema de "ser o no ser",
sin que ello implique que pactemos con el enemigo común pero si con el que esta
de nuestro lado y quiere lo mismo que tu pero considera métodos diferentes a los
que tu consideras los correctos.
La situación del país es crítica
y próxima a un desenlace imprevisible; nuestras acciones dependerán que tomemos
un camino de reconstrucción, un camino duro y lleno de sacrificios o que se cambie
simplemente de actores pero que el guion sea el mismo.
Salir de un proceso de
destrucción, tomará tiempo e implicará soluciones radicales; será necesario
recuperar las instituciones, las inversiones para poner en funcionamiento los
servicios, mejorar los hospitales y los centros educativos. Renovar el sistema
judicial, tendremos que estimular la inversión, incentivar la producción
nacional, y sobre todo, acabar con la impunidad de la delincuencia en todas sus
esferas y niveles.
Pero en mi humilde consideración estimo
que esto no puede ni debe hacerse sin unión entre nosotros, sin tolerancia, sin
objetividad, dejemos de atacarnos entre nosotros al final de cuentas todos
queremos lo mismo una VENEZUELA LIBRE UNIDA Y PROSPERA.
THEMIS.
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