Además de
las consabidas colas, la escasez de alimentos, medicinas, jabón, etc., la
carencia de repuestos para todo, y mejor no sigo, hace unos días me levanto y
leo los siguientes títulos en la prensa:
“Ciudades en riesgo de quedar sin
telefonía por falta de mantenimiento. Operadoras no reciben divisas desde el
año pasado”.
“Monturas y cristales de lentes
han aumentado más de 4 veces este año”.
“Empresas de TV paga llevan un
año sin recibir divisas”. Cierto: pasé año y medio esperando por un control
remoto hasta que, furioso, tiré el que tengo contra el piso, y con el golpe se
arregló.
“Cencoex convoca primera subasta
del año”. Es la primera subasta del Sicad desde octubre. Llevamos 8 meses sin
un solo dólar dado por este sistema, lo que ha secado totalmente al aparato
productivo. Esta va dirigida al sector de autopartes, pues el transporte, de
carga y de pasajeros, es un verdadero caos, cosa grave y peligrosa.
Luego veo en TV que un
representante de Empresas Polar dice que sus líneas de crédito con los
proveedores extranjeros se agotaron, pues el gobierno les debe 530 millones de
dólares, y ya han comenzado a paralizarse sus líneas de producción.
Y así está todo: un pasaje a
Miami hay que pagarlo en dólares, o a Bs. 200.000; los dos ascensores del
centro comercial de la esquina llevan meses parados; le rebajan los cupos a los
viajeros; si te roban la batería del carro, se te desguaza la vida, pues no vas
a encontrar una en meses; dejan varados sin dólares a estudiantes en el exterior,
etc.
La deuda en divisas del gobierno
es monstruosa: al sector industrial le deben 10.000 millones de dólares, al
farmacéutico, 3.500, otro tanto a las líneas aéreas, y no se salva ni el gato.
Ya todos los sectores productivos y comerciales hacen aguas y comienzan a
paralizarse o a cerrar, los problemas revientan por todas partes y, obviamente,
a medida que pase el tiempo, todo se irá agravando cada vez más.
¿A qué se debe este caos
indetenible?
Pues a que no hay dólares.
Y es que no los hay para el
sector privado, es decir, para el aparato productivo y las personas naturales.
Pero siguiendo el movimiento de las reservas, las veo bajar y bajar a diario,
lo que indica que sí se le sacan dólares continuamente al BCV.
¿A dónde a van parar estos
dólares?
Mientras no haya información, no
queda sino hacer elucubraciones, pero las mías me indican que, pensando bien
(cosa un poco difícil con este gobierno), esos dólares van a cubrir
importaciones gubernamentales para evitar la escasez de productos básicos antes
de las elecciones.
Pero ese tiro les va a salir por
la culata, por una razón muy sencilla: no solo de pan vive el hombre. Claro que
es más importante la comida que un repuesto para ascensor, pero cuando uno
tiene que subir 12 pisos dos veces diarias durante meses, ese repuesto puede
ser más importante que 10 cenas. Y si todo se pone como ese ascensor, lo que,
según lo reseñado en los primeros párrafos, parece inexorable, la vida que ya
tenemos de cuadritos, se nos va a transformar en algo infernal.
Ahora, la pregunta de las 64.000
lochas: ¿Es del gobierno la culpa de esta situación?
No y sí.
Por la caída de los precios
petroleros, obviamente el gobierno no tiene culpa alguna.
Pero de que no haya dólares la
culpa sí es de los dos gobiernos chavistas, por lo siguiente:
1) Según el plan del gobierno,
deberíamos estar produciendo 6 millones de barriles diarios, y no llegamos ni a
3, debido a que durante el gobierno del gigante eterno no se hicieron las
inversiones necesarias, igual que en el caso de la electricidad. Si solo se
hubiera cumplido con la mitad del plan, no estaríamos en esta lamentable
situación.
2) Esos gobiernos, en vez de
actuar como administradores diligentes, y ahorrar cuando las vacas gordas para
tener algo al llegar las flacas, no solo no ahorraron nada, sino que además nos
endeudaron copiosamente en dólares, y ya casi no nos prestan más, pero sí
tenemos que pagar lo que debemos. La “sensata” explicación a esto es que se
tenía que pagar la gran deuda social que existía, antes que ponernos a ahorrar.
Y ahora padecemos el problemón
que implica esa caída del ingreso petrolero, sobre lo cual el gobierno no puede
hacer nada, salvo ir a la OPEP a mendigar un recorte de la producción, y
resulta que no le tiraron ni trompetillas, cosa realmente bochornosa.
Pero lo más triste es que aunque
el gobierno tome las medidas que los economistas (incluyendo algunos chavistas)
le piden, como acabar con la emisión de dinero inorgánico, bajar el déficit
fiscal, modificar la bazofia cambiaria, etc., cosas que por supuesto se deben
hacer, con ellas no se va a resolver, en un plazo que puede no ser nada corto,
el agobiante problema de la carencia de los dólares.
Y, sin querer amargarles el día,
siento decir que ese menudo problemita es feo, bien feo de verdad, como ya
estamos descubriendo. Así que a rezar se ha dicho, aunque lamentablemente no
creo que eso nos vaya a ayudar mucho.
Herbert Hudde
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