El 30 de Mayo de 2015 las calles
de Venezuela se volvieron a llenar de esperanza
un reflejo de que la indiferencia y la permisividad de los venezolanos
están llegando a su final, dejaron de creer en las mentiras de un grupo de
delincuentes entre los que se encuentra un psiquiatra demente que insiste en
repetir “no volverán”.
La banda de delincuentes que durante más de una década ha usado el
poder que le otorgó el pueblo que hoy
los rechaza, implementan un mecanismo instintivo de defensa ante una realidad
que le es desagradable, negar la
realidad que tienen frente así, perdieron la calle y el fin se les acerca sin
pausa.
A
pesar de la decisión de la minoría de
viejos políticos que se arrogan la representación de los venezolanos de
no acompañarlos a protestar por la libertad de los presos políticos y decir ya
basta a los abusos e irrespetos de un
régimen forajido, la mayoría salió a la
calle y con esta decisión le hizo saber a esa minoría llamada MUD, que ellos no los representan menos cuando han
demostrado que sus intereses personales, políticos y partidistas están por
encima del interés nacional, la libertad de Venezuela.
La revolución del Socialismo del
siglo XXI, es un barril de pólvora con mecha corta sobre el
que están sentados, asaltantes, corruptos, delincuentes y narcotraficantes que
ante las acusaciones de violación de
derechos humanos hechas por organismos internacionales, alegan
un ataque contra la patria donde la patria son ellos.
Venezuela sigue siendo un
paraíso al que regresaran sus hijos a
pesar de los esfuerzos por destruirla de la banda de delincuentes que la ha
administrado como una pulpería de su propiedad, la rebelión de los
venezolanos expresada en los cuatro puntos cardinales del país anuncia que el
régimen del títere de los Castro tiene cerca su fecha de caducidad.
Cnel (GN) Antonio Semprun
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