Entre tanto el régimen, en vez de
ocuparse de buscar soluciones, se empeña en humillar a la gente obligándolos a
firmar. Este chantaje solo abona, un poco más, el camino por donde tendrán que
salir del poder. “El que tenga ojos que vea”
No hay que ser brujo para percibir
el acelerado clima de descomposición social que vive Venezuela. No exagero al
afirmar que es palpable un peligroso nivel de crispación ciudadana, producto
del caos generalizado creado por el régimen.
¿Puede producirse un estallido
social en el país de consecuencias impredecibles? Creo que sí. Hay razones
claras y profundas para pensar que la agudización de la escasez y el costo de
la vida no se detendrán.
Basta con hacer las colas en
mercados populares y cadenas de supermercados para percibir el estado de
desesperación de la gente, fundamentalmente de los sectores populares.
Pero mientras esto ocurre,
mientras la delincuencia tiene secuestrados a los ciudadanos en sus casas,
mientras no se consiguen medicamentos, los servicios públicos colapsan, y la
crisis general se expande, el régimen monta un show tele continuado para
repeler la agresión del imperio.
Solo a un idiota puede caberle en
la cabeza que los Estados Unidos quieren invadir a Venezuela, de manera que
ellos lo saben y montan un circo (cada vez con menos pan) para intentar
distraer la atención de los ciudadanos de sus verdaderas tragedias cotidianas.
Será inútil.
Dicho sea de paso, son los
Estados Unidos quienes no quieren verse invadidos por personajes señalados como violadores de los derechos
humanos y por “inversionistas” que compran mansiones en ese país con dinero
que, según ha comenzado a salir en la prensa mundial, proviene de la corrupción y el narcotráfico.
El show revolucionario resulta
patético y de una cursilería que arroja material suficiente para una antología
de la estupidez. Va desde fotos de camisas rojas armados de machetes,
amenazando a los gringos, pasando por el anuncio de un “escudo bolivariano” que
blinda al país ante la amenaza imperialista, hasta barrigones de todo pelambre
ofreciendo su vida “ si fuera necesario”.
La meta es recoger 10 millones de
firmas de “patriotas” para “exigirle” a Obama, derogue el famoso decreto (OJO:
Contra siete señalados, no contra Venezuela). Pretendieron crear la asociación
de: Si no firmas no eres patriota.
Pero la verdad es que después de
16 años de disparates cuyo resultado concreto ha sido la destrucción del país,
pareciera que ese pueblo que ellos consideran estúpido, ha decidido no formar
parte de la comparsa.
Sobre todo porque están a la
espera de demostraciones muy claras que evidencien ese patriotismo, por ejemplo
la organización de actos públicos en todas las plazas Bolívar de Venezuela para
que todos los chavistas quemen la visa norteamericana, y se tome la decisión
soberana de responder a la “agresión” gringa, suspendiendo de inmediato la
venta de petróleo a los Estados Unidos.
Pero, ¡de eso nada!. Prefieren
apelar a su marca de fábrica, la inescrupulosidad. Violando la constitución y
leyes de la república pretenden obligar a los ciudadanos a firmar. Es así como
vemos a diario denuncias según las cuales se ha pretendido que los niños en las
escuelas escriban cartas a Obama, pidiéndole derogar el decreto y respetar a
Venezuela.
Sintralcasa afirma que en las
empresas básicas de Guayana se está obligando a los trabajadores a firmar so
pena de perder sus empleos, y temen la elaboración de la triste lista Tascón al
revés, es decir la que se elaboraría con aquellos que no firmaron.
Hay denuncias similares en la
antigua ptj, en las universidades bolivarianas y hasta estaría ocurriendo en
operativos de las redes gubernamentales de distribución de alimentos, donde se
entrega la compra, previa firma.
Hay operativos de llamadas por
teléfono a las casas pidiendo el respaldo. De manera que lo que nunca logró
Chávez, a pesar de haberse empeñado personalmente en ello, es decir, obtener el
apoyo de 10 millones de venezolanos, lo logre Maduro.
Las supuestas firmas saldrán de
las trapisondas y mentiras que le son propias, a la final, nadie las auditará.
El drama es terrible. Ahora, con los nuevos precios del petróleo ingresara al
país la mitad de los dólares que se recibían, la situación obviamente será mucho peor.
Entre tanto el régimen, en
vez de ocuparse de buscar soluciones, se
empeña en humillar a la gente obligándolos a firmar. Este chantaje solo abona,
un poco más, el camino por donde tendrán que salir del poder. “El que tenga
ojos que vea”.
Por: Freddy Núñez
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