¿Se halla Venezuela al borde del
colapso? Algunos analistas pronostican el total derrumbe de la economía del
país, pues los inventarios de mercancías durarían escasas semanas ¿Cuántos de
esos presagios tienen asidero en la realidad, y cuántos se basan en
especulaciones?
Cuando Al Jolson debutó en El
cantante de jazz, el primer filme sonoro divulgado por Hollywood, pronunció una
frase que sigue resonando en la mente de los espectadores: “You ain’t heard
nothing yet!” Ustedes no han oído nada todavía. La implicación era que lo
escuchado hasta ese momento no tenía ni punto de comparación con lo que vendría
luego.
Hace algunos días Ángel García
Banchs, director de la empresa Econométrica, dijo que “en cuestión de semanas”,
habrá “un colapso repentino y sorpresivo del consumo” en Venezuela,
“fundamentalmente, por la escasez que se avecina. Será algo jamás antes visto
(las itálicas son mías), que poco tiempo después, estimamos, hará estallar el
régimen de controles de cambio y precio, ajustándose lo político”.
García Banchs estima que “a
finales de abril, el consumo podría literalmente desplomarse, al estar cercano
a acabarse casi todo el activo real circulante de la economía nacional”, esto
es, “los inventarios”.
Por su parte, Cavidea, la Cámara
Venezolana de la Industria de Alimentos, había alertado días antes sobre una
“situación alarmante” de inventarios en el rubro alimenticio.
Según Cavidea, los inventarios de
alimentos de las principales industrias productoras del país, alcanzarían “para menos de un mes” debido a
la intensa escasez de divisas (diario Panorama).
A su vez, el presidente de
Cavidea, Pablo Baraybar, dijo que la reducción de los inventarios se atribuye a
las deudas con empresas importadoras, que ascenderían a 805 millones de dólares. “En algunas líneas
nos quedan inventarios de 10 a 20 días”, indicó Baraybar.
Otro empresario, Gilberto Gudiño
Millán, presidente de la Unión Empresarial del Comercio y los Servicios (Ucez),
declaró que los inventarios de las empresas afiliadas Ucez, “han bajado 85% y
quedan para unas pocas semanas”.
Ante ese colapso de los
inventarios, esto es, la escasez generalizada de mercancías, el gobierno de
Maduro deberá rendirse ante la realidad, dijo el economista Banchs. Por lo
tanto, añadió, “por primera vez en años, la economía se impondrá, y ante ella
la política se postrará”. Luego añadió, optimista: “Debemos estar alegres,
porque ahora en la relación entre la política y la economía, la política ha de
pasar a ser el siervo, y no el amo, el medio y no el fin”.
Hay un problema con ese análisis:
Banchs cree que el gobierno presidido por Nicolás Maduro es administrado por
seres racionales. Y que esos funcionarios, tras manejar la economía y los
poderes públicos a ritmo vertiginoso durante tres lustros, inventando la rueda
cada quince minutos y la pólvora cada media hora, y que no dudaron un instante
en destruir el aparato productivo del país, de repente desacelerarán su
accionar, se sentarán a reflexionar, reconocerán sus errores, y aceptarán que
es cuestión de cambiar el rumbo. Y ya que están, cederán las funciones
legislativas a la Mesa de Unidad Democrática como parte del renacimiento político
de Venezuela.
El economista sugirió que todos
los escenarios de catástrofe imaginados hasta ahora son juegos de niños ante la
horrenda realidad que se avecina. “Mientras siga la quema de inventarios
(mientras haya existencias), la gente no palpará lo que trato de transmitir”,
reconoció Banchs.
Y eso es “lógico, porque dicha
quema de existencias ha jugado el rol de velo de ignorancia, haciendo creer a
los políticos y al público general que actualmente la situación es mala, cuando
en verdad la situación es de emergencia nacional”. Pero, “cuando ya no haya
inventarios, y solo entonces, la creciente demanda de consumo, inmediatamente,
tendrá que ajustarse al exacto tamaño de la escasísima y decreciente oferta de
producto interno e importado, por lo que el consumo colapsará repentinamente,
sorprendiendo a todos (políticos y público general)”.
LA CRISIS DESDE EL OTRO LADO
En los últimos días hay una frase
que circula bastante en la prensa anglosajona: “Venezuela Is On the Brink of
Collapse”, Venezuela se halla al borde del colapso. Nuevamente se anticipa un
escenario escalofriante.
Ya antes se pronosticó que el
gobierno de Maduro marcharía al default, la cesación de pagos, por falta de
divisas. Sin embargo, el gobierno ha cancelado sus obligaciones de manera
religiosa, y todo indica que lo seguirá haciendo.
Pero si la oposición venezolana o
algunos economistas anticipan una horrenda realidad, y presumen, o ruegan que a
último momento, al borde del barranco, el gobierno frenará la marcha y cambiará
el rumbo, muchos columnistas foráneos están convencidos que la Revolución
Bolivariana seguirá con su ritmo actual. Pues el gobierno está convencido que
marcha en la dirección correcta.
El pasado18 de marzo, Tom Rogan,
un columnista de la publicación conservadora The National Review, formuló el
pronóstico de la eterna confrontación en Venezuela. Y por una razón muy simple:
el país se ha convertido “en un manicomio socialista”. Además, “Maduro no está
preocupado.
Su poder lo aísla de las heladas
aguas del socialismo. Y se siente feliz de culpar a Estados Unidos por todas
las dolencias de su país”.
Rogan está convencido que si bien
“los chavistas siempre han sido chiflados”, hasta fecha reciente, “los altos
precios del crudo les permitían encubrir sus fallas. Bueno, ahora eso se
acabó”.
La caída en la cotización del
petróleo ha vaciado el presupuesto del gobierno. “Maduro está duplicando su
desvarío. Basta observar el magnífico plan del camarada para enfrentar la
crisis: en lugar de aceptar que la escasez de bienes es causada por el control
de precios y por el colapso de la moneda, Maduro culpa a los acaparadores y a
conspiradores extranjeros (el favorito chivo expiatorio del régimen), mientras
restringe los días de compra”.
En el caso del desmoronamiento
del sistema de salud pública, el presidente venezolano culpa a la “codicia” de
los médicos por la deplorable situación. Rogan dice que para Maduro, los únicos
enemigos que impiden la victoria del socialismo son “el individualismo” y “el
consumismo”.
En lugar de “tolerar el
escrutinio, Maduro ataca la libertad de prensa. En lugar de buscar el diálogo
con sus opositores políticos, Maduro los pone presos y mima a Corea del Norte”.
La opinión de Rogan es que “tanto
(Hugo) Chávez, como Maduro y compañía solo buscaron el poder personal. Ellos se
consideran como reencarnaciones de Simón Bolívar. Pero en tanto Bolívar
enfrentó la tiranía del imperio español, Maduro enfrenta la ‘tiranía’ de la
libre empresa”.
El periodista presume que “lo más
trágico acerca de esta actitud lunática, es que le está cerrando la puerta a
muchas oportunidades”. Y con “Maduro de dictador, el futuro de Venezuela se
está hundiendo muy rápido”.
Los expertos venezolanos formulan
un análisis más mesurado sobre la situación económica del país, todavía creen
que existe una salida a la crisis. Rogan es más apocalíptico. Pero vale la pena
preguntarse si su análisis psiquiátrico del jefe de estado venezolano (Y Rogan
no es un profesional de la salud mental) tiene algún asidero en la realidad.
Es bastante común que las
personas que no distinguen entre la realidad y la fantasía, compensan ese
menoscabo con una enorme, absoluta confianza en su juicio. Grandes santos,
grandes caudillos, grandes artistas, nunca dudaron de su visión o de su lógica.
Hay sin embargo una diferencia:
pese a su voluminosa figura, Maduro no da la talla.
Por: Mario Szichman
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