A psiquiatras y a psicólogos no
les agrada el término de "loco" para referirse a alguien que está
loco. Ellos usan un eufemismo que se escucha más bonito: enfermos mentales.
En Venezuela, la palabra loco es
similar a la palabra vaina, y se utiliza en situaciones buenas o malas, como,
por ejemplo, cuando a un amigo le decimos: "Estás loco e'bola" o
"¡epa, loco!". Se usa también de manera peyorativa: "Ese es un
pobre loco", o de manera amorosa, como me dice Ángela, mi novia francesa:
"Mon petit fou". También se usa de manera vulgar: "¿Y ya el loco
comió?"; y al increpar a alguien que hace algo malo, se le recrimina:
"¿Tú estás loco o qué?".
Pero apartando acepciones
lingüísticas, pienso que la locura es una enfermedad horrible y peligrosa,
sobre todo para quienes padecen al loco.
Recomiendo La huella perenne de
Francisco Herrera Luque, donde el autor estudia las enfermedades mentales de
antiguas casas reales europeas. En algunos momentos de la historia de la
humanidad, millones de seres humanos fueron gobernados por reyes locos.
Incluso, a nosotros, nos tocó ser gobernados por "Juana la Loca",
reina de España y, por ende, de su colonia Venezuela, es decir, que lo que ha
pasado y nos está pasando no es nada nuevo.
Pueblos cultos como el alemán,
cuna de poetas, músicos, artistas y científicos, se dejaron engatusar
ciegamente por un maldito loco llamado Hitler, quien no solo terminó con su
nefasta vida, sino que acabó con la vida de 60 millones de seres humanos,
logrando la destrucción total de Alemania y de casi toda Europa.
Hay locos peligrosos que al
llegar al poder asesinan, arruinan, encarcelan y subyugan a su pueblo: Stalin,
Mao, Idi Amin, Trujillo, los Castro, los esposos Ceausescu, Milosevic, Pol Pot,
Duvalier, Pinochet, Mussolini, Kim Il-sung y otros.
Ni hablar del auge inexplicable
de locos suicidas que estrellan aviones llenos de pasajeros contra torres o
cerros. De locos capaces de hundir cruceros, de aquellos que decapitan en la
televisión a hombres inocentes o de quienes masacran a periodistas en la
redacción de una revista.
Hoy, en Venezuela, vivimos uno de
los momentos más tristes y peligrosos de nuestra historia. Es un momento de
locura inmerecida, propiciada por falsos mesías con ideas locas y fracasadas.
Y... hablando como los locos, ¿cuándo
Fidel y Raúl derogarán el decreto que nos hizo colonia del imperialismito
cubano?
En la Cumbre de Panamá, Raúl y
Obama, entre locos y menesterosos, se hicieron los locos con los locos.
Claudio Nazoa/@claudionazoa
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