“En memoria de lo que los jóvenes
no podrán hacer…”
Metáfora
escondida, en el brillo de esos los ojos profundos de quienes observan verdades
entre aceras y oscuranas, en las tan pisoteadas calles de esta tierra.
Paseo por líneas, comas y acentos
para contar realidades, recuerdos de plásticos y cadáveres arrumados en la
carretera. Caminos truncados, gobierno tirano el que persigue y azota.
Debo comenzar diciendo que
lastimosamente, este año se presenta en Venezuela cargado de mentiras y medidas
irracionales, que alimentan la duda, fracturan el presente y asesinan el futuro
de toda una generación que lucha incansablemente por mejorar su calidad de
vida. La situación pareciese no estar presta a mejorar, sino por el contario al
toque de diana se calientan engaños que serán leídos en intentos desesperados
por mantener el control de los harapos que hoy viste el país. Mucho se ha
hablado en lo que va del mes sobre medidas económicas y políticas de seguridad
ciudadana, sin embargo de todo lo dicho y prometido por el Ejecutivo Nacional
se ha hecho todo lo contrario, insultando de esta forma la inteligencia de
quienes comprenden la grave situación, que supone el curso actual del sistema
cambiario.
Ante esto, la distracción tipo
cortina de humo, sigue siendo una pieza fundamental en el manejo del capital
político heredado por Nicolás Maduro del hoy desaparecido Hugo Chávez. Pues
resulta que entre medidas económicas que mantienen al país en alerta, las
violaciones a los derechos humanos, al debido proceso, las irregularidades en
hospitales y ambulatorios, los vicios en los sistemas de adquisición de
vehículos y vivienda, los parámetros de abastecimiento y todos ítems
correspondientes a los derechos constitucionales se encuentran en una situación
de abandono y desapego al cumplimiento de la norma jurídica. solo basta dar un
paseo por la realidad, esta, muy apartada de los discursos insultantes de la
bancada oficialista de la Asamblea Nacional, vale recordar las intervenciones
fuera de lugar de Pedro Carreño durante una trasmisión en vivo, en el que el
leguaje usado atropella la moral de quienes votaron por una representación ante
este importante poder.
Más allá de todo ello no es mi
intención recordar en exceso las problemáticas sociales, pues ustedes las viven
a diario, quiero escribirles del futuro, intento hacerlo en el presente,
interrogantes constantes que se responden en lágrimas agigantadas en memoria de
lo que los jóvenes no podrán hacer, tintas vencidas y envenenadas, lápices
rotos, ideales atrapados en barrotes, rostros borrados a golpe, insultos por
poesías. De un burdel sale la justicia, con la toga desgastada descubriendo su
rostro, ha vendido su moral. No más comas y acentos en la prensa, ni de gritos
libertarios que entre banderas se escuchan, metáfora en la que se envenenan las
penas, paseo oculto en la dicha de las letras, escritos que se leen entre ojos
profundos y lágrimas agigantadas.
Por: Oscar Tellechea
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