jueves, 26 de marzo de 2015

ES EL LEGADO ESTÚPIDO

En estas últimas semanas se han sucedido una serie de declaraciones relativas a la política económica del Presidente Nicolás Maduro. De más está decir que dicha política es profundamente ruinosa. No se trata en este caso de la defensa de un gobierno igual de malo que el que le precedió, sencillamente no es otra cosa que su continuación. Se trata de poner al descubierto un discurso interesado que busca preservar la imagen del difunto y endilgarle todo el desastre que padece el país al actual gobierno.

El lunes 23 de febrero PROVEA publicó un artículo (http://bit.ly/1y76njP) donde comparaba el paquete de “medidas” del actual gobierno con el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez. En lo único que se parecen esos dos gobiernos es en desastre que recibieron ambos; curiosamente ambos tuvieron culpa en ello. CAP recibió el desastre que inició en su primer período presidencial con interés compuesto y Maduro participó directamente en el gobierno anterior. Hasta aquí las similitudes. El segundo gobierno de CAP, con sus inmensos errores, fue un intento reformador que lamentablemente no se supo comunicar. El actual Gobierno no es más que la prolongación del desastre del anterior, en ese aspecto es su digno heredero. Comparar uno y otro es mezclar churras con merinas. PROVEA se haría un favor dedicándose a la defensa de los derechos humanos y dejar el análisis económico para aquellos que puedan hacer por lo menos un análisis coherente.
Lo de PROVEA no acaba aquí. El 17 de marzo según reseña aparecida en El Universal (http://bit.ly/1Ep4Rf5) la misma organización acusaba al Presidente Nicolás Maduro de haber acabado con el legado social de Chávez. La primera pregunta es si el legado de violencia y muerte que padece el país forma parte de ese legado o esos muertos no cuentan. Las mejoras sociales ocurridas durante los años de gobierno chavista no han sido superiores a las logradas en otros países de la región, y lo peor, no son sostenibles porque dependían del auge de los precios petroleros. Decir que hay un legado social de Chávez favorable es estafar doblemente: primero a quienes padecen las miserias actuales, y segundo, hacerlo con las futuras generaciones creando una sensación de querencia con un pasado mitificado. El legado social del gobierno chavista es una absoluta ruina. Chávez no ofreció más allá que una buena rumba con los ingresos petroleros. El difunto no fue más que otro Lusinchi pero con ingresos petroleros 10 veces superiores y los mercados de deuda abiertos. Vender lo contrario es mentir.
Que una organización como PROVEA tenga causas nobles no la exime de tener responsabilidad cuando dice tonterías que pueden parecer inocuas. Es necesario que se dediquen a la actividad que dicen desempeñar y no se extralimiten en sus análisis porque de esa manera se restan credibilidad, que en la difícil tarea de defender los derechos humanos es clave.
Pero lo de PROVEA es un caramelo al lado de lo que declaró Jorge Giordani en la presentación de su libro. Lo que dice el caradura ex ministro merece sin lugar a duda un capítulo a parte, mezclar a PROVEA con Giordani es injusto. Después del difunto nadie ha hecho más daño a los venezolanos que Giordani, quien entra en la categoría de los que quieren interesadamente preservar la memoria del difunto. La lucha de la Venezuela del futuro no es contra Maduro, él ya hace la mitad del trabajo con sus decisiones; la lucha es para que los venezolanos entendamos que nos equivocamos, que el chavismo ha sido un terrible error y que nuevamente desaprovechamos una oportunidad de oro en manos de los militares asesorados por la izquierda paleolítica a la que pertenece Giordani.
No podemos permitir que sean los que nos hicieron fracasar los que además nos cuenten la historia. No podemos privar a los venezolanos de un análisis profundo de lo que ha ocurrido en estos 16 años y también en los otros 25 que le precedieron. Llevamos casi 40 años de estancamiento económico, de retroceso social y moral. Hemos perdido una y otra vez la oportunidad de reinventarnos y salir adelante. En su lugar hemos preferido el análisis simplón de los vendedores de pomadas como Giordani. El legado de Chávez es un fracaso, el país estaría igual de mal con él estando vivo y es una pena que sea otro el que le toque capear la tempestad que el gestó.


Por Francisco Ibarra Bravo @franibar10

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