martes, 10 de febrero de 2015

Y ESTE JUEVES 12 DE FEBRERO…¡QUE NO SE CALLE LA CALLE!

Se dice que la democracia es la negación del autoritarismo; luego, bajo este régimen y tal como podemos como evidenciarlo, no se tolera la oposición, se persigue a los críticos, se sofoca la disidencia y se suprimen con violencia las alternativas, aunque no constituyan un peligro inmediato para el control del poder. Al derecho constitucional de opinión, manifestación y protesta, el régimen responde con la violencia. Este gobierno totalitario está persuadido de su creciente impopularidad. Todo ha sido engaño, fracaso, despilfarro y corrupción  en estos interminables años.
Con lo acontecido estas últimas semanas se hace más que evidente que el Estado de Derecho se encuentra en un claro déficit. El régimen hace intentos desesperados por impedir el sempiterno reclamo que clama a viva voz esas realidades que él mismo ha creado y haciendo gala de la mayor tozudez, no se conforma con la burla y los acostumbrados improperios e insultos, sino que pasa a la violenta amenaza, en la más pura postura totalitaria; pues ya no solo se limita con criminalizar la protesta ciudadana y judicializar la represión, ahora pretenden satanizar la denuncia y el sentido reclamo. Pero ya no se pueden tapar tantas bocas ni cerrar tantas conciencias pues el reclamo es de toda una mayoría que no acepta más engaños ni fracturas como Nación, ahora la arrechera es sensatamente sentida, lo que no recuerda aquella sentencia de Camus que expresaba que no es noble la rebelión por sí misma, sino por lo que exige. Una de las pocas maneras para que este régimen no se sienta que es intocable, es haciéndole sentir el peso de la ciudadanía ya que no sienten el peso de la ley, pues hace rato  ellos la controlan; sin violencia, pero con determinación; sin tocarles pero sin dejarles respirar. Una hormiga no para un bus, pero llena de ronchas al que la conduce… Hasta Francisco lo dijo recientemente:..”Quiero a La Iglesia en la calle…”… Cuando la calle vuelva a convertirse en el lugar de lo político, poco espacio quedará para estos usurpadores de la política. Decía Ortega y Gasset “Camina lento, no te apresures, que a donde tienes que llegar es a ti mismo porque quien no haya sentido en la mano palpitar el peligro del tiempo, no ha llegado a la entraña del destino, no ha hecho más que acariciar su mórbida mejilla”. En fin de cuentas: la voz y las calles son las armas con las que realmente cuenta el ciudadano, y así las cosas… ¡Que no se calle la calle!

Manuel Barreto Hernaiz

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