miércoles, 4 de febrero de 2015

LA LEY DEL EMBUDO

Nadie olvida que yo fui objeto de una despiadada campaña orquestada por dirigentes y diputados psuvistas, que terminaron llevándome a la Comisión del Ambiente de la Asamblea Nacional donde me juzgaron, cual Tribunal de Inquisición, condenándome al pago de 70 millones de bolívares como multa, y casi me llevan a prisión, por la tala de dos árboles, declarados fitosanitariamente enfermos, para lo cual tenía el permiso de las autoridades ambientales, en el sitio en donde se construiría la nueva Iglesia de Los Robles.    
          
La campaña liderada por un supuesto revolucionario defensor del medio ambiente, que nunca dijo nada cuando un alcalde de su tolda tumbó más de 200 árboles para ampliar la Avenida 31 de Julio y actualmente guarda cómplice silencio frente al también ecocidio cometido por el gobernador Mata Figueroa, que derribó cerca de 40  en La Redoma de Los Robles, grafica la injusta y parcializada justicia roja. En suma, la vulgar Ley del Embudo. Es decir, a los suyos, perdonarles todo. A los adversarios, culparlos de todo.
Esta manera de impartir justicia deja en claro que al sector oficialista nada le importa y frontalmente va, a favor de su intento totalitarista, no sólo tumbando árboles, que no estaban enfermos, sino frondosos y hermosos, tanto como las bases en las cuales venía descansando la Constitución y junto a ella las leyes, reglamentos y ordenanzas que regulan el medio ambiente, en su afán de construir lo que no hace falta, apenas buscando impresionar.
El pueblo pide se le explique por qué en la llamada talanquera de Los Robles se están invirtiendo, hasta la fecha, 250 mil millones de bolívares, cifra fabulosa que pudo haber sido invertida en obras que realmente requieren nuestras comunidades. Asimismo, el pueblo repudia a quienes ayer lloraban a moco tendido porque me multaron y pedían se hiciese una hoguera para quemar a los que me condenaban, hoy aparecen mudos para pedir se aplique la ley en los mismos términos que a mí me la aplicaron.
Una vez más reitero que no estoy a favor de paralizar el progreso, y eso los margariteños  y cochenses bien lo saben, pero sí me opongo a que ese progreso se logre destruyendo.  Lo que ocurre, por ejemplo, con la construcción del nuevo puente sobre La Restinga, es inaudito y al respecto ningún organismo ni dirigente del PSUV ha alzado su voz para advertirlo o condenarlo. Allí se ha reducido el flujo y reflujo, el del agua del mar que entra y sale de la laguna, consecuencia de dicha construcción que además afecta, y gravemente, la flora y fauna en ese importante reservorio de ostras, camarones y langostinos.
La Ley del Embudo aplicada, pues, a los que creemos en la justicia y en la democracia. La Ley del Embudo, para favorecer, por la vía de la complacencia, vista gorda, alcahuetería y corruptela de algún modo a los que marchan hacia el comunismo.

A estos hijos malagradecidos que así actúan con su tierra, les espera el castigo del pueblo.
Por: Morel Rodriguez Avila

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@Mivzlaheroica