Nadie olvida que yo fui objeto de
una despiadada campaña orquestada por dirigentes y diputados psuvistas, que
terminaron llevándome a la Comisión del Ambiente de la Asamblea Nacional donde
me juzgaron, cual Tribunal de Inquisición, condenándome al pago de 70 millones
de bolívares como multa, y casi me llevan a prisión, por la tala de dos
árboles, declarados fitosanitariamente enfermos, para lo cual tenía el permiso
de las autoridades ambientales, en el sitio en donde se construiría la nueva
Iglesia de Los Robles.
La campaña liderada por un
supuesto revolucionario defensor del medio ambiente, que nunca dijo nada cuando
un alcalde de su tolda tumbó más de 200 árboles para ampliar la Avenida 31 de
Julio y actualmente guarda cómplice silencio frente al también ecocidio
cometido por el gobernador Mata Figueroa, que derribó cerca de 40 en La Redoma de Los Robles, grafica la
injusta y parcializada justicia roja. En suma, la vulgar Ley del Embudo. Es
decir, a los suyos, perdonarles todo. A los adversarios, culparlos de todo.
Esta manera de impartir justicia
deja en claro que al sector oficialista nada le importa y frontalmente va, a
favor de su intento totalitarista, no sólo tumbando árboles, que no estaban
enfermos, sino frondosos y hermosos, tanto como las bases en las cuales venía
descansando la Constitución y junto a ella las leyes, reglamentos y ordenanzas
que regulan el medio ambiente, en su afán de construir lo que no hace falta,
apenas buscando impresionar.
El pueblo pide se le explique por
qué en la llamada talanquera de Los Robles se están invirtiendo, hasta la
fecha, 250 mil millones de bolívares, cifra fabulosa que pudo haber sido
invertida en obras que realmente requieren nuestras comunidades. Asimismo, el
pueblo repudia a quienes ayer lloraban a moco tendido porque me multaron y
pedían se hiciese una hoguera para quemar a los que me condenaban, hoy aparecen
mudos para pedir se aplique la ley en los mismos términos que a mí me la
aplicaron.
Una vez más reitero que no estoy
a favor de paralizar el progreso, y eso los margariteños y cochenses bien lo saben, pero sí me opongo
a que ese progreso se logre destruyendo.
Lo que ocurre, por ejemplo, con la construcción del nuevo puente sobre
La Restinga, es inaudito y al respecto ningún organismo ni dirigente del PSUV
ha alzado su voz para advertirlo o condenarlo. Allí se ha reducido el flujo y
reflujo, el del agua del mar que entra y sale de la laguna, consecuencia de
dicha construcción que además afecta, y gravemente, la flora y fauna en ese importante
reservorio de ostras, camarones y langostinos.
La Ley del Embudo aplicada, pues,
a los que creemos en la justicia y en la democracia. La Ley del Embudo, para
favorecer, por la vía de la complacencia, vista gorda, alcahuetería y
corruptela de algún modo a los que marchan hacia el comunismo.
A estos hijos malagradecidos que
así actúan con su tierra, les espera el castigo del pueblo.
Por: Morel Rodriguez Avila
Por: Morel Rodriguez Avila
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página.
@Mivzlaheroica