“Mantener la presión, acercarse a todos aquellos que bajaron
la dignidad frente a la limosna, postergar las inevitables urticarias y
piquiñas individuales… Es decir, buscar el oficio político.” Arnaldo Esté.
La combinación de
malestar, disconformidad, de pérdida de credibilidad en los mensajes de un
régimen que se presentó como la continuidad salvadora, tan sólo ha incrementado
la ausencia de esperanza respecto a la posibilidad de su cambio, en sentido
positivo para la mayoría de la población, lo que conlleva a una profunda
desesperanza, un gran desencanto y desconfianza, que se manifiesta en un
generalizada depresión y, en general, en lo que se denomina en el lenguaje de
la ciencia política francesa una "implosión", es decir, lo opuesto a
una "revolución". La implosión está definida como un derrumbe o
rompimiento de algo hacia el interior porque la presión interna es menor que la
externa. Acá lo que podemos evidenciar es que este régimen usurpador y
fraudulento se está mostrando incapaz de contener lo socio-político - en el doble
sentido de ni expresarlo ni conducirlo - esto es una crisis de credibilidad
ante las evidentes y demostradas MENTIRAS que puede derivar en una crisis de
gobernabilidad.
Ha llegado el serio momento de reconstruir lo que nos va
quedando de país. Sólo así podremos tener una democracia de verdad - verdad,
más sólida, en la cual se debatan propuestas cónsonas con la gravedad de lo que
se vive como Nación.
MBH
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