Hay amores que matan, sobre todo
si son simulados. No ha habido régimen que haya hecho un uso más
vergonzosamente utilitario y vejatorio de la figura del Libertador como el
autodefinido “bolivariano”. Chávez primero y ahora Maduro, yendo a contrapelo
del pensamiento crítico de Bolívar sobre la acumulación de poder absoluto como
germen de la tiranía, bautizaron con su apellido un gobierno abiertamente
autoritario y hasta a la horda de bárbaros que andan armados persiguiendo a la
disidencia y viviendo del presupuesto público. La fisonomía vasca cincelada por
prestigiosos artistas del siglo XIX y
primera mitad del XX, fue
trastocada por otra al gusto del populismo “afrodescendiente” del comandante
(que vaya usted a saber cuántos dólares de las reservas nos costó, tan
necesarios hoy). La lista de violaciones del pensamiento y acciones libertarias
del Padre de la Patria es tan larga, que hasta en los textos oficiales
estudiados obligatoriamente hoy por nuestros niños y adolescentes, Hugo Chávez, y no Simón Bolívar,
sería el que libertó la patria y buena parte del continente americano.
Así, las carencias intelectuales
de Nicolás Maduro tratan de ser
ocultadas con una jerigonza entre el desvirtuado pensamiento del Libertador, y
las delirantes proclamas de Chávez. “¿Quién es el Senado de Estados Unidos para
sancionar a la patria de Bolívar?”, bramó Maduro al conocer lo que se les
avecina a los torturadores, narcos y violadores de los derechos humanos, que
tanto abundan en las huestes rojas, pues, según cuentas de la ONG Provea,
Maduro ha reprimido a la disidencia 485% más que Chávez. “No aceptamos
sanciones imponentes imperialistas –grita Nicolás– es la patria de Bolívar que
ustedes deben aprender a respetar. Somos los herederos del Ayacucho, somos los
hijos de Bolívar, de Chávez”. (…) “Mandan a la esposa del monstruo asesino de
Ramo Verde –bramó de nuevo Maduro– a convencer que a Venezuela hay que
sancionarla”. Puede seguir desgañitándose Nicolás y repitiendo que las
sanciones aprobadas por Estados Unidos son contra “la patria de Bolívar”, pero
todos sabemos que son contra los protegidos por el régimen, acusados de asesinar, torturar y violar los derechos
humanos durante las legítimas manifestaciones estudiantiles.
Consejos vendo y para mí no
tengo. Maduro pide a los “imperialistas gringos” que “aprendan a respetar la
patria de Bolivar”, pero no hay mayor irrespeto que el protagonizado por
quienes llevaron a la ruina moral y material a la patria que soñó el
Libertador. De los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, Maduro viola 28, según estudio de la diputada Solórzano. La impunidad
de las violaciones de los derechos humanos alcanza 96,9%, de acuerdo con la
ONU. La prisión de Leopoldo López, de los alcaldes Scarano y Ceballos, la
cruenta cacería contra María Corina Machado y la muerte de 48 presos en Uribana
por envenenamiento, entre otros, han aumentado la convicción mundial de que el
régimen devino en dictadura. La ONG Cofavic cierra 2014 denunciando un
“desamparo generalizado” de las víctimas de derechos humanos. Hay tanta
convicción internacional de que la justicia en Venezuela ha sido confiscada por
el gobierno, que la Unión Parlamentaria estudia enviar un observador al proceso
judicial contra MC Machado. La Unión de Magistrados rechazó la demora en el
proceso contra otra mártir del régimen: la jueza Afiuni.
Ante la ruina causada por la
corrupción, ineptitud, fanatismo y los “exprópiese” que acabaron con las fincas
productivas y las fábricas del país, estos descarados pretenden consolarnos
repitiendo la mentira de que “tenemos patria”, y lo dicen con los organismos
públicos llenos de ondeantes banderas cubanas, el G-2 dando órdenes en nuestros
cuarteles y nuestra soberanía alienada entre Cuba y China. Mientras la mayoría de los países petroleros tienen
sus arcas llenas de divisas, en la Venezuela endeudada ha crecido la pobreza
hasta llegar hoy a 34% de los hogares (economista José Guerra) que se agrava
con una escasez atroz e inflación generalizada de 70% y más del 100% en
alimentos. Dado que el dólar paralelo alcanzó esta semana 178 bolívares, el
salario mínimo de los venezolanos es menor a un dólar diario. La corrupción y
el desaforado gasto público siguen, a pesar de la enorme crisis, mientras
Maduro calla ante el escándalo de los enchufados que hacen viajes de placer en
los aviones de Pdvsa y silencia la corrupción de las empresas de maletín que
siguen devorado las divisas en el Sicad.
El rechazo a Maduro es general:
la aceptación popular alcanza apenas 18% y hasta Hinterlaces –encuestadora
oficial– admite el descontento chavista. Leemos que pacientes del hospital
Razetti llevan varios días sin comer; el PAE (alimentación escolar) está
suspendido; la OMS registró un aumento del paludismo en Venezuela este año,
enfermedad inequívoca de la pobreza; y las muertes violentas en 2014 superarán
las casi 25.000 del año pasado. Así que cuando Maduro llama “a defender la
dignidad del país ante Estados Unidos” los venezolanos le respondemos que la
dignidad nacional hay que defenderla de los depredadores de la patria de
Bolívar.
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