Para el profesor Heinz Dieterich,
creador de la definición de Socialismo del Siglo XXI y antiguo aliado del
chavismo, la prepotencia de Maduro, Cabello y Arreaza, ha dilapidado en dos
años el capital político acumulado por Hugo Chávez
"La crisis económica de
Venezuela se ha convertido en una crisis política terminal para el gobierno de
Maduro”. Esta dura afirmación no pertenece a ningún dirigente de la oposición
venezolana, sino a un antiguo aliado de la revolución bolivariana, el profesor
alemás Heinz Dieterich, aquel que hace unos años acuñó la definición, tan del
agrado del finado Hugo Chávez, del socialismo del siglo XXI.
Hace ya un tiempo, incluso con
Chávez vivo, Dieterich había iniciado su separación del chavismo, pero sus
últimas críticas han sido cada vez más contundentes. “Es prácticamente
imposible que el oficialismo revierta este escenario. Con el 75% de la
población en contra del gobierno de Maduro; con China negándose a inyectar más
liquidez a una política económica idiota y suicida; con una oposición unificada
para las elecciones”.
No le augura mucho tiempo en el
poder a Nicolás Maduro, a lo sumo hasta el próximo año, lo que no tiene claro
es cómo dejará Miraflores: si a través de un referéndum revocatorio, por
renuncia o por una intervención militar.Considera que Venezuela es gobernada
por una troika integrada por Maduro, Diosdado Cabello y Jorge Arreaza, a la que
culpa de haber dilapidado, en menos de dos años, el capital político que acumuló
Chávez. Se sostienen “sobre mentiras y bayonetas”, afirma.
El pésimo manejo de la economía
es la clave, para Dieterich, que explica la pérdida de apoyo popular hacia el
chavismo, que ya “solo convence al 20% de la población. Las cifras del PIB, del
déficit fiscal, de la inflación, de las reservas internacionales, de la
sobrevaluación, etc., describen el panorama con precisión; mientras que el
precio bajo del petróleo y la incapacidad de someter mercantilmente a Arabia
Saudita, Irak y Qatar, aborta las esperanzas de una pronta recuperación”.
Estima Dieterich que quienes
detentan el poder se sobreestimaron y transformaron lo que era una crisis
económica en una crisis política. “Su receta de autodestrucción consta de tres
elementos: a) no hacer las reformas necesarias cuando tenía el poder de
negociación necesario, después de la elección de Maduro; b) no entender que su
mentira de “guerra económica” tenía un ciclo de manipulación efectiva limitado,
como toda propaganda; c) al obligar al ciudadano a presentar documentos de
identidad, registrarse, someterse a controles biométricos, conculcarle sus
derechos civiles y constitucionales (prohibición de pernoctar fuera de
supermercados) etc. lo humillan, muestran que su modelo económico es inviable y
exhiben la cara de Leviatán del Estado (policiaco)”.
Luego de hacer un repaso por
diferentes encuestas, este profesor universitario concluye que “Maduro es, hoy
día, un general sin tropas. Pero, peor, sin espacios de maniobra: el 80% de los
encuestados está en contra de una devaluación del bolívar; el 70% en contra del
aumento de la gasolina; el 85% rechaza las expropiaciones como mecanismo para
resolver la crisis y más del 90% considera indispensable un acuerdo entre el
sector público y el privado para enfrentar la crisis”.
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