Este hombre, que llegó a ser
canciller en Florencia, nació en esta ciudad (y no en la vecina República de
Venecia, como han asegurado algunos) en 1469. De él se han dicho tantas cosas,
como aquello de que el fin justifica los medios; y de que de los medios se pasa
inmediatamente a los reales; y de que de allí a Andorra no hay más que un pasaporte
diplomático
Este hombre, que llegó a ser
canciller en Florencia, nació en esta ciudad (y no en la vecina República de
Venecia, como han asegurado algunos) en 1469. De él se han dicho tantas cosas,
como aquello de que el fin justifica los medios; y de que de los medios se pasa
inmediatamente a los reales; y de que de allí a Andorra no hay más que un
pasaporte diplomático...
Se ha dicho también que fue el
primero en teorizar sobre el "arte" del gobierno, sobre cómo obtener
un principado y conservarlo. La verdad es que Maquiavelo fue un hombre del
Renacimiento, de mentalidad universal. Si no escribió acerca de "cómo
conservar un principado hereditario por medio de los mangos" es porque en
la Italia de su tiempo no se conocía esa fruta, hoy tan popular.
Una de las cosas que se dicen de
él es que afirmó que un gobernante tiene que conservar el poder por todos los
medios a su alcance. Si son pacíficos, mucho mejor; pero si debe mentir,
manipular, reprimir, torturar e incluso robar, pues qué se le va a hacer.
Alguna vez un escritor afirmó que
la historia siempre termina siendo injusta con algunos de sus protagonistas;
que el tiempo hizo mucho más mujeriego a Don Juan, mucho más alcahueta a la
Celestina y --naturalmente-mucho más maquiavélico a Maquiavelo.
EXAMINEMOS ALGUNAS DE LAS COSAS
QUE DIJO:
"Se puede definir como buena
utilización del delito (si es que se puede hablar bien del mal) la que se hace
en un momentoconcreto, por la necesidad de asegurar la propia posición, sin
insistir luego en ella, sino intentando sacarle el mayorprovecho posible para
los súbditos. Están mal usados los delitos que, aunque al principio son pocos,
van aumentando con el tiempo en vez de desaparecer".
Esto es: lo mejor para un
príncipe es no tener que robar. Pero, bueno, si no hay la posibilidad de obrar
lícitamente y en nuestro país (hablamos de la Florencia del 1500) obrar
lícitamente es casi un verdadero delito o cosa de pendejos, simplemente el delito
debe servir para mejorar la vida de los ciudadanos por los cuales el gobernante
tiene la obligación de velar. Los grandes imperios, por ejemplo, roban para sus
pueblos, no para enriquecer funcionarios. Roban para que sus naciones
florezcan. Ahora, si la única forma que tiene un príncipe de gobernar es
aumentando su actitud delincuencial, la cosa va mal para todos, porque el
gobierno de ese principado terminará tarde o temprano en enfrentamiento entre
bandas rivales.
"Tampoco se puede definir
virtud el hecho de matar a los ciudadanos, traicionar a los amigos, y no tener
ni palabra, ni piedad, ni religión: de esa forma se puede obtener el poder,
pero no la gloria".
En otras palabras: para
Maquiavelo la búsqueda del poder no es un fin en sí mismo. Tener el poder por
el puro goce de tenerlo, sin que este poder se transforme en avance para la
nación gobernada, no tiene mérito.
Un gobernante virtuoso, en el
sentido maquiavélico del concepto, no puede traicionar todos los valores,
porque puede conservar el poder, pero nunca alcanzar la gloria y para él no hay
mayor gloria que la de servir a su pueblo.
Cuando Maquiavelo observaba las
largas colas que se hacían en Florencia para encontrar aceite de oliva, sal y
toda especie de especias, culpó a Lorenzo (el Magnífico), pero este le
respondió: "¿Es esto lo que tú quieres que continúe? ¿Es esto
correcto?".
"Los hombres son tan
simples, y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien
engaña encontrará siempre quien se deje engañar".
Cia: Es decir: conforme a lo que
establece la receta de la isla (de Córcega), hay que apoyarse en la simpleza de
la gente para conservar el poder. Si todo el mundo está demasiado ocupado
tratando de conseguir pimienta, canela, nuez moscada y clavos de olor, la gente
será sometida con mayor facilidad. Si, encima, usted les dice que eso es obra
de la guerra de los otomanos, mejor que mejor.
La gente siempre preferirá la
simpleza del engaño que el esfuerzo mental que implica encontrar la verdad.
"Si el partido principal,
sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más
conveniente para la conservación de vuestra dignidad, está corrompido, debéis
seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son
perniciosas".
Dicho en latín de
Florendisculpatum est. Seguirle el humor no significa en este caso reír, sino
dejar que ese partido exprese su naturaleza proclive a la corrupción. Si la
virtud y la honradez son perniciosas, mejor es encarcelar a los honrados y
arrebatarles sus bienes a los que trabajan en la decencia, porque serán siempre
un mal ejemplo que pondrá en evidencia a quienes siguen el camino deshonesto.
Si todos somos corruptos, casi ni
se nota.
"Cuando los estados que se
conquistan están acostumbrados a vivir en libertad, hay tres formas de
conservarlos: destruirlos, vivir allí personalmente o dejar que sigan viviendo
con sus leyes".
Opción A:
"destruirlos". ¡La respuesta es correcta!, salvo que prefiera llamar
un amigo o consultar a la audiencia.
"A los hombres hay que acariciarlos
o destruirlos, pues vengarán un insulto leve, pero quedarán indefensos si se
les aplica un golpe duro".
Dicho de otra manera: si, luego
de un golpe duro, usted les da a los ciudadanos un golpe más duro, la gente
estará tan pendiente de salvar el pellejo que se quedará quieta soportando
todos los desmanes del príncipe.
"Porque, en verdad, no hay
otro medio más seguro de posesión que la ruina".
Senza parole.
Por: Laureano Márquez.
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