sábado, 17 de enero de 2015

RETRATO DE UN INCAPAZ

Un incapaz no asume responsabilidades: el incapaz nunca reconocerá un error y mucho menos se responsabilizará por él. Su inseguridad en sí mismo no se lo permite, siempre se siente amenazado, perseguido y en desventaja, cuando en realidad nadie está pendiente de lo que hace o deja de hacer. En situaciones de dificultad no da la cara, prefiere esconderse para evitar ser cuestionado, le encanta señalar pero no le gusta ser señalado. Es desleal por naturaleza pero siempre necesita ayuda de los otros. Cuando hay logros se adueña de ellos, aunque haya contribuido poco o nada a lograrlos.

Un incapaz siempre tendrá una excusa: para el incapaz la excusa es su rostro más común, cuando no es una cosa es otra. Nada tiene que ver con él, todo escapa de su control y siempre lo malo le pasa “porque lo quieren perjudicar”. Es amigo de las suposiciones, al final considera que es mejor eso que reconocer los hechos objetivamente. Tiene un repertorio de excusas debajo del brazo para sacarlas frente a cada fracaso. La gente ya se las sabe de memoria, pero prefiere guardar silencio antes que ponerse en una discusión estéril contra alguien que no solo se cree dueño de la razón y la verdad, sino que trata de imponerles su versión a todos.
Para el incapaz siempre otro será el culpable: una persona incapaz siempre acuñará a hechos accidentales, divinos, naturales o cósmicos sus errores. Aunque las decisiones dependan directamente de él, siempre será otro el que tenga que pagar los platos rotos. El incapaz puede preparar extensos argumentos tratando de explicarles a los demás que son otros los culpables. Eso es lo que lo preocupa, su apariencia frente al resto, en cierto modo cree que es centro de atracción, por tanto quiere cuidar su imagen, como si nadie lo conociera.
Un incapaz es un experto de la mentira: se ampara en la manipulación para seguir engañando incautos que sigan colaborando con sus caprichos. Usa la victimización como arma para dar lástima y conseguir ayuda. Su secreto es repetir la mentira mil veces, esperando se convierta en verdad.

Este es el retrato de un incapaz; usted puede encontrarlos a todos los niveles, lo grave es cuando una persona con estas características es la que dirige los destinos de una nación. Porque allí no solo pone en juego su futuro, sino el de millones más. Como dice el dicho, “de incapaces está lleno el mundo”… Pero no todos los días llegan a presidente.

Por:BRIAN FINCHELTUB 

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