domingo, 26 de octubre de 2014

CARLOS RAMÍREZ LÓPEZ RESPONDE A LEOPOLDO LÓPEZ SOBRE CONSTITUYENTE


Sr Leopoldo López:

He leído su carta a Elías Pino Iturrieta respondiendo el cuestionamiento que éste hizo a la propuesta constituyente que usted encabeza, y por cuanto a petición suya esa carta se hizo pública, entiendo que es una invitación general a debatirla, por eso me permito exponer mi parecer al respecto.


Hay dos tipos de Asamblea Constituyente:

Derivada que es la que nace de un propósito de reformas pero sujeta a una Constitución e instituciones vigentes, sin rupturas. Su objetivo es hacer un nuevo texto constitucional en el que se podrá transformar al Estado y diseñar instituciones futuras para cuando comience la vigencia de la nueva Constitución. No es para desconocer el status quo

Originaria es la que surge o por primera vez, o de una ruptura del orden jurídico existente, típico caso de revoluciones o golpes de Estado. En este caso no hay ningún límite legal, no hay norma ni Órgano que contenga su actuación. Puede adelantar acontecimientos, crear o disolver organismos, destituir o designar a sus integrantes, e incluso elaborar un novísimo texto constitucional.

En Venezuela tenemos un orden constitucional establecido con sus instituciones diseñadas y salvo que se pretenda su ruptura violenta, no hay modo de adelantar un proceso constituyente originario.

En el proceso constituyente de 1.999 había un orden establecido que no admitía un proceso originario, todo tendría que hacerse de conformidad con la Constitución entonces vigente, la de 1.961 que mantuvo una estructura institucional de tres poderes públicos, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, independientes entre sí, con sus respectivas asignaciones funcionales, que si se querían transformar debería hacerse como lo estableciera la nueva Constitución y cuando ella entrara en vigencia.

Hugo Chávez, en ejercicio de la presidencia que obtuvo conforme a la Constitución y leyes entonces vigentes, convocó a un referéndum consultivo sobre un proceso constituyente, esa convocatoria provocó un gran debate judicial que desembocaron en demandas que fueron resueltas por el entonces Máximo Tribunal de la República, la Corte Suprema, que en tres sentencias permitieron dicha consulta popular, siempre y cuando se sujetara a los lineamientos allí fijados, entre otros que todo se continuara dentro de los límites institucionales vigentes, negando en forma expresa que dicho proceso constituyente tuviera carácter originario.

El sector político liderado por Chávez aparentó respetar aquellas decisiones hasta el momento de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente que arbitrariamente, en su primer acto se proclamó “poder originario” y a partir de allí se inició un proceso de violación continuada y masiva de la legalidad que llevó a la cesación de actividades y en la práctica a la disolución del Congreso Nacional, a la intervención del poder judicial con eliminación de la Corte Suprema y su sustitución por un Tribunal Supremo que solo podría iniciarse cuando comenzara a tener plena vigencia la nueva Constitución; se nombraron magistrados a dedo, sin criterio de selección alguno; de la misma forma se nombró al Fiscal General y al Contralor, igual se hizo con el Consejo Nacional Electoral. Aquello en realidad fue un golpe de estado encubierto, todo se subvirtió, y allí están los resultados de aquellos abusos, un país sumido en un desastre institucional sin precedentes.

De manera que cuando se habla de abordar un proceso constituyente, como usted lo hace ¿se quiere repetir este oscuro capítulo de nuestra historia republicana? ¿está proponiendo usted que se haga un nuevo proceso constituyente para “cambiarlo todo” como lo cambió el chavismo?

Propone usted un proceso constituyente “originario” recogiendo firmas como dice la actual Constitución, lo cual demuestra que no hay propuesta “originaria” en ello sino un proceso sujeto a la institucionalidad vigente, es decir, un proceso constituyente “derivado” y sujeto a las manipulaciones que ejecuta cada vez con mas desparpajo el régimen actual. ¿Y si eso determinara, por el contrario de sus propósitos, que el oficialismo se aprovechara y haciendo su acostumbrado uso y abuso del CNE y de la Sala Constitucional mas bien hagan un nuevo texto donde de una vez por todas se establezca un régimen unipartidista, símil del cubano? ¿Está usted consciente de tales riesgos, o simplemente no se ha dado cuenta?

Con Elías Pino Iturrieta creo que debe enmendar la plana señor Leopoldo,


Con todo respeto.

CARLOS RAMÍREZ LÓPEZ




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